Todos los hombres (y las mujeres) del presidente
Un reducido grupo de confianza se ha convertido en báculo de Rajoy en los últimos años. Entre ellos destacan estos cinco nombres:
1397058884 Soraya Sáenz de Santamaría. Valladolid, 1971. Abogada del Estado. Rajoy apostó por ella en el 2008 para relevar a Ángel Acebes, uno de los máximos exponentes del PP de Aznar, al frente del Grupo Parlamentario Popular. Su primer reto fue ganarse la confianza de sus propios diputados, que la veían demasiado bisoña. Es un secreto a voces que es la única que, hoy por hoy, sabe que será ministra en el primer Ejecutivo de Rajoy.
— Jorge Moragas. Barcelona, 1965. Abogado y diplomático. Su estrecha relación con Rajoy ha despertado, incluso, recelos en otros miembros de la cúpula popular. Ha diseñado la agenda internacional del líder del PP.
— Ana Mato. Madrid, 1969. Politóloga. Como máxima responsable de la campaña, parte del éxito es suyo. Marcó las pautas para evitar que Rajoy arriesgara en una recta final donde tenía mucho que perder y poco que ganar.
— Miguel Arias Cañete. Madrid, 1950. Abogado del Estado. Suyas son muchas de las aportaciones económicas. El día después de la derrota de las elecciones generales de 2008, Rajoy regresó al a sede nacional del partido y sólo se encontró a dos personas. Una de ellas era Miguel Arias Cañete, la otra, Ana Pastor. Ambos serán ministros.
— Pedro Arriola. Sevilla, 1948. Sociólogo. Un clásico en la estructura interna del PP. Asesora a los presidentes populares desde 1989, año en el que comenzó a trabajar junto a Aznar. Esposo de Celia Villalobos, su principal misión ha sido la de escudriñar las encuestas. Aconsejó a Rajoy que centrara aún más el discurso del PP, que incidiera su acción de gobierno en la economía y el desempleo y que se olvidara del terrorismo. Y acertó.
El éxtasis previo al nirvana llegó en mayo del año pasado, con el tsunami de votos que recibió el PP en las autonómicas y en las municipales y que glosan las presidencias de María Dolores de Cospedal en Castilla-La Mancha o José Antonio Monago en Extremadura. El triunfo de Núñez Feijóo le permitió afianzar su poder interno.