La Casa del Rey forzó a Urdangarín a salir del país al descubrir sus negocios
Logró que abandonara Nóos porque se lucraba pero el duque de Lugo siguió vinculado a la trama.
La Casa del Rey sabía desde hacía años que los negocios a los que se dedicaba Iñaki Urdangarin podían resultar problemáticos y trató de ponerles coto. Según fuentes oficiales, en 2006 encargó a su asesor legal externo que examinara la situación del conglomerado empresarial creado por el duque de Palma e investigado ahora por el juez de la operación Babel, pieza separada del caso Palma Arena. Éste llegó a la conclusión de la actividad del Instituto Nóos no se correspondía con sus fines fundacionales
El informe elaborado por el asesor jurídico fue el detonante para que la Corona empujara al yerno del rey a abandonar una institución estatutariamente sin ánimo de lucro, pero de la que Urdangarin y su socio, Diego Torres, sacaban pingües beneficios gracias a contratos suscritos con el Gobierno balear de Jaume Matas o con el valenciano de Francisco Camps.
El duque siguió el «consejo» y el 14 de junio de 2006 dejó formalmente la fundación. Sin embargo, no se desvinculó de la trama empresarial a través de la que, según el juez, vaciaba al Instituto Noós de millones de euros a través de facturas falsas y trabajos ficticios. Además trató de constituir otra fundación de promoción de la cultura y el deporte en sustitución de la anterior, e incluso llegó a inscribirla en el registro. La Casa del Rey asegura que nunca llegó a operar porque su asesor legal también advirtió que sus planteamientos eran inadecuados.
Visto que el asunto era delicado, la Corona recomendó al esposo de la infanta Cristina que si deseaba seguir desarrollando su actividad empresarial abandonara España. Fue, conforme a la información oficial, en el 2007. Los duques de Palma no se marcharon a Washington hasta el verano del 2009. Urdangarín desempeña desde allí el cargo de consejero de Telefónica Internacional (para el que fue contratado nada más dejar la presidencia de Noós) y la infanta ejerce de directora del Área Internacional de la Fundación La Caixa
Ni las gestiones de la Casa del Rey, iniciadas después de que en el 2006 empezaran a aflorar las primeras sospechas sobre los negocios turbios de cuñado del príncipe de Asturias, a raíz de las preguntas de la oposición a Matas en el Parlamento balear, ni la mudanza a Estado Unidos han impedido que el asunto reviente.
Preocupación extrema. Urdangarin podría convertirse en el primer miembro de la Familia Real española imputado por un delito. Y no un delito cualquiera; malversación de fondos públicos. La preocupación de la Corona por el impacto que este escándalo pueda tener en la institución ha quedado ya patente en las últimas semanas con la decisión de excluir a Urdangarin de los actos oficiales y con el medido (e inusual) encuentro mantenido con la prensa por el jefe de la Casa Real, Rafael Spottorno, en el que calificó de «no ejemplar» el comportamiento del duque de Palma. El caso ha hecho ebullición, además, en un momento delicado. En los últimos 16 años la valoración que los ciudadanos hacen de la monarquía parlamentaria ha ido decreciendo de manera progresiva y el CIS presentó en octubre una encuesta en la que, por vez primera, la suspenden. Casi un 30% de los encuestados declaran sentir poca o ninguna confianza hacia la Casa del Rey.
En nada ayudan los últimos acontecimientos. El instructor asegura que el marido de la Infanta Cristina y Torres, convirtieron desde el 2003 una supuesta ONG sin ánimo de lucro, en un instrumento para «apoderarse» de fondos públicos a base de «servicios» a administraciones con «precios totalmente desproporcionados». Para ello, no dudaban en hacerse con adjudicaciones presuntamente amañadas en «conversaciones extraprocedimentales», sin ningún reparo en «conculcar los principios básicos de la contratación pública» Así logró dos contratos por 2,3 millones de uros para organizar congresos sobre turismo y deporte en Baleares y cobró 3,7 millones de euros por organizar en Valencia tres ediciones de unas jornadas relacionadas también con la actividad deportiva. Presuntamente, una parte importante de ese dinero acabó directamente en su bolsillo, a través de sus empresas privadas.