Iceberg Fitur

Fitur ha mermado, como un iceberg de nuestro tiempo. Hay menos atascos a la entrada del recinto ferial Ifema. Menos colas para el control de objetos, entradas y acreditaciones. Mil expositores menos. Lugo no está y Murcia tampoco. Pero no todo está perdido: Fitur es más cómodo así.

Hay más empresas privadas presentes en la feria y los países emergentes están que lo tiran. Dicen. Porque Fitur, este mundo en pequeñito, tiene 65.000 metros cuadrados. Y las distancias engañan, ya que todo parece estar más cerca de lo que está. Y uno se lanza: «Venga, vamos a Japón», le decía Isabel Carrasco a Emilio Gutiérrez, ambos con los pies bien puestos en el stand de Castilla y León. Como por allí había pasado Satoru Satoh, el embajador de Japón, se imponía la cortesía de «acercarse».

Poco después, el príncipe Felipe y doña Letizia pasaban, como por un túnel del espacio, de Madrid a Asturias, lo que hacía brotar una sonrisa a ambos, porque vínculos familiares mandan. José María Álvarez del Manzano les acompañaba, mientras a Galicia, que está a continuación, llegaba el mítico Paco Buyo.

En plano local, el acto de presentación de Villas Históricas del Reino de León llenó la sala de prensa. Todo un éxito de Isabel Carrasco, al que, por ejemplo, se sumaba Javier García, un madrileño entusiasta de la cultura, que aseguraba: «León es tanta historia por ver que merece una visita en Fitur», afirmaba mientras intentaba un imposible: entrar.

Visitas. Durante toda la jornada, Castilla y León recibió visitas en la misma línea que el resto: el cuentagotas típico del primer día, pero un poco menos. Turismo de salud, de Naturaleza, religioso, familiar, gastronómico, de patrimonio y rural, son las credenciales que rezan en grande en el stand de la Comunidad. Cada provincia hace sus cuentas a ver si le salen. Y León y El Bierzo parecen ir sobrados. Y además ahora con armonía. Miguel Martínez, el reinventor de Paradores, también se suma y dice: «Llamaré a Isabel para que se pasen por aquí».