Rajoy promete y exige «franqueza» a Marruecos contra cualquier diferencia
El presidente expresa su respaldo a las reformas democráticas del rey Mohamed VI.
Mariano Rajoy no pisaba suelo marroquí desde el 2002. Lo hizo en calidad de ministro del Interior y tan sólo meses antes de que estallara el conflicto del islote Peregil. Este contencioso, que acabó tras la intervención del Ejército español, tensionó de manera notoria las relaciones entre España y Marruecos, que se fueron relajando con el paso de los años hasta su normalización absoluta.
Diez años después de aquel incidente, Rajoy regresó a Rabat como «un amigo de Marruecos» y con la intención de abrir una nueva etapa en la cooperación entre ambos países que abunde en las «excelentes relaciones» de buena voluntad paro ponderando algunos nuevos matices. Rajoy prometió y exigió «franqueza» a su homólogo, el presidente Abdelilah Benkirane, a la hora de afrontar las cuestiones que afecten a ambos reinos, incluso aquellas en las que exista un choque de intereses, según explicaron fuentes del Ejecutivo español.
El jefe del Ejecutivo español también se reunió con el rey Mohamed VI, al que trasladó un afectuoso saludo de don Juan Carlos. No trascendieron detalles sobre el fondo de las conversaciones, aunque fuentes del Gobierno aseguraron que ambos mandatarios expusieron su posición ante el conflicto del Sahara y posibles soluciones al conflicto pesquero, pero que no hubo ni una alusión a Ceuta y Melilla, ciudades españolas que anhela Marruecos, ni de las quejas de los agricultores españoles ante las ventajas que tienen los exportadores de tomate marroquíes.
1397124194 Nada de cambio. La decisión de Rajoy de estrenar su agenda internacional en Marruecos ha ayudado a disipar las dudas que existían en el nuevo Gobierno marroquí sobre un posible cambio de rumbo de la política internacional de España. Además, en el 2010, los principales partidos marroquíes organizaron manifestaciones en varias ciudades del país para protestar por la decisión del PP de votar a favor de una resolución del Parlamento europeo de rechazo ante los incidentes en El Aiun entre activista saharauis y la policiía marroquí, que causó al menos media docena de muertos y decenas de heridos.
El presidente español tranquilizó ayer, entre otros, al propio Benkirane que dos días después de ganar las elecciones en su país comentó que España y Marruecos estaban «condenadas a entenderse», pero que creía que con Mariano Rajoy en la Moncloa «serían más difícil».