El Gobierno quiere castigar penalmente a quienes escondan facturas en el cajón
Una ley permitirá exigir responsabilidad al gestor público que gaste más de lo acordado.
Flexible con las administraciones responsables e implacable con quienes se tomen a la ligera el rigor presupuestario. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, quiere dejar claro que esa será su máxima. Tras ofrecer el martes a las comunidades autónomas un ‘manguerazo’ de liquidez sin precedentes, el miércoles se entregó a la mano dura y advirtió de que el Gobierno hará las reformas legales precisas para poder exigir responsabilidades penales a quienes gasten por encima del presupuesto.
La medida fue ampliamente debatida por los populares durante la elaboración del programa electoral y, aunque de forma vaga, formó parte de las promesas de Mariano Rajoy en los pasados comicios. Lo que aún está por ver es cuánto tardará en concretarse. Llevarla a cabo exigirá una reforma del Código Penal, pero según explicó Montoro en la cadena Ser, la norma de la que ‘colgará’ será la eternamente prometida (también por los gobiernos socialistas) Ley de Transparencia y buen Gobierno; un texto que, de momento, según fuentes oficiales, no está entre las prioridades del Ejecutivo.
El ministro dio pocas pistas de cómo se concretará pero en el PP aseguran que en ningún caso se habla de castigar todo tipo de incumplimientos. Una cosa es que una administración realice de buena fe una previsión de ingresos que circunstancialmente se quede corta y otra, señalan, que los gestores públicos incurran en un exceso de gasto y luego lo camuflen, o sea, que se metan «facturas en el cajón». En el sector privado ese tipo de actuaciones se persiguen como delito de falsedad contable; en el ámbito público, sin embargo, se consienten.
1397124194 Bienvenida. La respuesta de las comunidades autónomas a este órdago no fue ni mucho menos negativa. Claro que la mayoría están en manos del PP. El consejero de Economía de Cataluña, Andreu Mas-Collel, sí lo calificó, en todo caso, de «palabras mayores» y apuntó que él apostaría por mecanismos de control del gasto «más tradicionales». Un planteamiento similar al del PNV.
También el PSOE, por boca del exvicepresidente territorial, Manuel Chaves, puso algunos ‘peros’ y defendió que las «responsabilidades políticas» se dirimen en el Parlamento. Sin embargo, eludió mostrar una oposición frontal a la espera de que el Ejecutivo concrete su propuesta.
1397124194 Más recetas. No será, aún así, la única receta del Gobierno para intentar poner las cuentas de la administración en orden. Montoro ya anticipó tras el Consejo de Política Fiscal y Financiera de ayer que el Gobierno quiere que la legislación española refleje el procedimiento de sanciones que se sigue en la Unión Europea para quienes incumplen el pacto fiscal, incluida la intervención de aquellas economías que sean incapaces de financiarse por sí mismas.
Ese engranaje formará parte de la ley orgánica de estabilidad presupuestaria que el Gobierno querría tener lista antes del Consejo Europeo del día 30, para lanzar el mensaje que España cumple sus deberes como el que más.
En paralelo a los mensajes de disciplina, aún así, el Gobierno también ha dejado claro que pretende poner las cosas fáciles a aquellas autonomías que prometan ser cumplidoras.
Los dirigentes autonómicos se apresuraron ayer a trasladar la buena nueva a sus parroquias. El más interesado, el presidente de la Comunidad Valenciana, Alberto Fabra, que se encuentra en una situación especialmente precaria con la deuda más alta y uno de los déficits más elevados de España. En un pleno extraordinario para convalidar sus últimas medidas de recorte del gasto, cifró en 420 millones de euros el anticipo que de la liquidación del 2010.