Diario de León

Los viticultores envejecen y los viñedos se abandonan sin un relevo generacional

La viña interesa cada vez menos a los jóvenes. En la imagen, jornaleros vendimiando.

La viña interesa cada vez menos a los jóvenes. En la imagen, jornaleros vendimiando.

Ponferrada

Creado:

Actualizado:

La alarma saltó en los viñedos de Ponferrada a Cacabelos. Año a año, cada vez aparecen más viñedos sin vendimiar. Y el motivo es claro: el precio de la uva, especialmente de la mencía, la variedad que da sentido a la D.O. del Bierzo, no compensa el esfuerzo de mantener los cultivos y recoger la cosecha y no hay relevo para los cooperativistas que envejecen y se jubilan.

«La uva se paga a unos precios que no cubren los costes», se queja Ángel Gómez, de la cooperativa de Cacabelos. «Los precios son muy bajos», añade el presidente del Consejo Regulador, Alfonso Arias. La uva mencía se está pagando en el límite de la rentabilidad, a un precio de unos 30 céntimos de euros el kilo, en cooperativa, según los datos de la D.O. Las bodegas privadas, suelen ofrecer hasta 60 céntimos, cuenta Arias. El godello, por la que se paga entre 60 céntimos y un euro el kilo, va salvando los muebles del viticultor. El descenso de precios, de un 40 por ciento en los últimos cuatro años, según Alfonso Arias, está empujando a la fusión a las cooperativas.

Ceder el uso de los viñedos abandonados. Y también a recurrir a la imaginación para tratar de atraer al mundo del viñedo a los jóvenes. Ángel Gómez tiene claro que aquellos viticultores que dejen de cultivar sus viñas, sin desprenderse de la propiedad, «pueden ceder el viñedo» a las cooperativas para que contacten con agricultores más jóvenes que se encarguen de ellas «y ofrecerles un fijo al año para que la cultiven». La idea deberá someterse a los socios, pero el presidente de la cooperativa de Cacabelos tiene claro que resolvería dos problemas. «Estaríamos matando de un tiro dos pájaros. Estaríamos enganchando a gente joven que no tiene trabajo ni una oportunidad y nos aseguraríamos el relevo generacional», contaba ayer.

Alfonso Arias, por su parte, está preocupado porque a partir de los 60 años, los socios se desentienden cada vez más de las viñas y aunque el Consejo Regulador no lleva un censo de la superficie que ha dejado de cultivarse, la zona donde resulta más evidente se encuentra entre Ponferrada y Cacabelos.

«El relevo generacional se va produciendo, pero lentamente. Entre los viticultores hay una población envejecida que es cierto que no se da en las bodegas, con gente más joven», reconocía ayer el presidente del Consejo Regulador y a la vez, socio de la cooperativa de Cacabelos, la más grande de las cuatro con una producción de tres millones y medio de litros en el último año y una facturación de 2,7 millones de euros, 1,3 de vinos embotellados con la etiqueta de calidad.

El jefe del Servicio Territorial de Agricultura de la Junta, Fidentino Reyero, que el jueves asistió al encuentro entre los directivos de las cooperativas en el que se fraguó definitivamente el acuerdo para crear la comercializadora común, también está convencido de que el bajo precio de la uva «desincentiva» al viticultor que entrega su producción a una cooperativa.

El proceso de fusión de las cuatro sociedades permitiría a las cooperativas «pagar la uva al viticultor a un precio más razonable» al abaratarse otros costes de producción puestos en común, recalcó Reyero.

tracking