Rajoy, presionado, aprobará antes del 20 de febrero sus dos grandes reformas
Los mercados y los malos augurios le obligan a reducir los plazos dados en la investidura.
Mariano Rajoy pidió a los mercados internacionales, antes de llegar a la Moncloa, que le dieran «media hora de margen» para poder acometer las reformas estructurales con las que pretendía reconducir la economía española.
Aquella ironía, muy comentada durante la pasada campaña electoral, ha dado paso a una realidad no muy distinta. El presidente del Gobierno anunció durante el debate de investidura que se celebró el 19 de diciembre en el Congreso que la reforma laboral, la reestructuración del sistema financiero y la Ley de Estabilidad Presupuestaria estarían ultimadas antes del primer semestre del 2012.
La presión de los mercados, sin embargo, le ha obligado a cambiar el paso y a fijar la fecha límite para el Consejo de Ministros del 17 de febrero. El diferencial de la deuda alemana no baja de los 350 puntos básicos; las agencias de ‘rating’ amenazan con disminuir la calificación de la solvencia de la deuda española y, sobre todo, el vaticinio del Fondo Monetario Internacional (FMI) de que la economía española estará en recesión hasta el 2014 han aconsejado al Ejecutivo mayor diligencia para aprobar estas reformas que ya han sido calificadas como «claves» para la recuperación económica española por parte de varias agencias internacionales.
1397124194 Sin consenso. Mariano Rajoy, una vez que ha constatado que los agentes sociales no salían de un bucle de desencuentros, ha optado por no «esperar para siempre» al consenso y legislar. Será una reforma «adaptada a nuestro propio mercado de trabajo y a nuestras propias necesidades», insisten desde el Gobierno que, por el momento, no desvela sus cartas. La ministra de Empleo, Fátima Báñez, y su equipo intentan afinar con la tecla. «No para agradar a los sindicatos o a la patronal, sino beneficiar al conjunto de los españoles», aseguran. Se trata de los asuntos más espinosos: modalidades de contratos, flexibilidad interna de la empresa y negociación colectiva. Soraya Sáenz de Santamaría se ha limitado a indicar que «el Gobierno presentará una reforma laboral en el marco de dos objetivos: la simplificación en el número de contratos y la estabilidad en el empleo».
En el PP temen, pero asumen, que la decisión final del Gabinete de Rajoy pueda encender la mecha de la agitación social, con protestas y huelgas convocadas por los sindicatos. Será el propio presidente del Gobierno, en cualquier caso, quien «dé la cara» y explique la decisión final.
Más apacibles están resultando los preparativos de la Ley de Estabilidad Presupuestaria. Las comunidades autónomas ya han expresado su respaldo a las líneas generales de la futura norma, clave para apuntalar el plan de austeridad que quiere establecer Rajoy en todas las administraciones públicas.