EL PEOR AÑO DEL SECTOR INMOBILIARIO | RAZONES PARA LA PARALIZACIÓN
La crisis se lleva por delante a la mitad de los constructores y promotores de la provincia
El sector no retomará el pulso hasta el 2014, y debe absorber un stock de casi 10.000 pisos nuevos sin vender.
El 2011 ha sido «sin duda» el peor ejercicio para el sector de la construcción en los cuatro años de crisis económica de los que ha sido uno de los grandes protagonistas. Y el futuro a corto plazo no presenta mejores perspectivas. Con datos de ventas, licencias y visados en mínimos históricos después de la explosión urbanística que vivió su momento álgido hace un lustro, el cambio de ciclo se traduce en una espiral de ajustes de plantilla, procesos concursales y cierres que se ha llevado por delante a casi un 50% de los promotores y constructores de León en aquella época, desde grandes empresas a autónomos que en los años de bonanza afrontaron obras más modestas. Una cifra de «desaparecidos» que distintas fuentes del sector calculan en casi 200 empresas con asalariados, a los que habría que sumar otros emprendedores que al amparo del boom urbanístico se sumaron a la actividad inmobiliaria, y que también han abandonado.
Javier Vega, presidente de la Asociación Leonesa de Edificación y Obra Pública (Aleop), ratifica que el volumen de constructores y promotores se ha «adelgazado» en no menos de un 45% de las empresas y autónomos en estos cuatro años, y prevé además que el sector va a seguir parado «al menos otros dos años». Menos de lo que prevé de media el informe de Euroconstruct, que estima que la actividad del sector ha caído en el 2011 otro 19%, y que aún seguirá cayendo este año un 9%. La asociación considera que «estará parado hasta el 2014, y entonces se retomará la actividad residencial y la rehabilitación, aunque la obra civil y la no residencial deberán esperar más».
Vega explica que en la provincia la actividad irá retomándose lentamente: «Se harán menos obras y de menos viviendas».
Problemas externos. Sin embargo, el presidente de los constructores insiste en que el principal problema para la recuperación del sector está fuera de su capacidad de actuación. «No se vende porque no hay dinero, pero sobre todo porque no hay seguridad. Mientras no vuelva a crearse empleo nadie va a tener confianza, y mientras siguen subiendo los impuestos,... Difícil, difícil».
Eso y el hecho de que los bancos se hayan convertido en las grandes inmobiliarias del país, presionados además por la obligación de dotar cada vez en mayor medida sus activos inmobiliarios dentro del proceso de saneamiento financiero. «Si seguimos interviniendo en el sector, la situación puede ir a peor. Los bancos, para sanear sus balances, asumen unas pérdidas que al final se solucionan con dinero de todos, pero destruyen el sector».
¿Es la solución un banco malo? «Depende del modelo que se elija, pero sobre todo de la valoración que se haga de los activos. Si lo valoran a precio de basura, lo que tendremos será basura. Pero también pueden optar por aguantar unos años y recuperar el valor que tienen esos activos. Nunca se va a volver a lo de antes, pero hay un mínimo que hay que respetar».
Vega insiste en que los constructores generan empleo y riqueza, mientras que los «bancos-inmobiliarios» no producen ninguna de las dos cosas. Y, respecto a la previsión de nuevos descensos en los precios de las viviendas, se pregunta: «¿Hasta dónde? La construcción tiene unos costes, las licencias, el IBI, los intereses,... no han bajado. Los bancos pueden asumir pérdidas y seguir bajando los precios, pero eso son maniobras financieras que nada tienen que ver con el sector, que tiene las manos atadas».
El caso es que los expertos consideran que el ajuste de precios se mantendrá aún unos meses, aunque tocará fondo en este 2012. Desde las entidades reconocen que el crédito tampoco fluirá mientras tengan que priorizar la venta de las viviendas que tienen en sus balances y las de los constructores que mantienen deudas con ellos.
Un stock asumible. Los problemas no sólo se plantean de cara a retomar la actividad, sino a la hora de «librarse» del stock de viviendas que se han acumulado en estos años de parón comprador. En la provincia, a principios del año pasado, eran 9.799 las viviendas nuevas sin vender, según el Ministerio de Fomento. Un 5,83% más que el año anterior.
«¿Cuánto puede tardarse en darles salida? Depende de cómo evolucione la situación económica en general. Antes del boom inmobiliario se vendían sólo en la capital más de un millar pisos al año, así que si se volviera a una situación de normalidad podría reconducirse en tres años».
Las medidas de los gobiernos de Zapatero y Rajoy para reactivar el mercado inmobiliario (IVA superreducido al 4% y recuperación de la desgravación fiscal por compra de vivienda habitual sobre todo) son bienvenidas en el sector, aunque con el convencimiento de que la recuperación sólo vendrá de la mano de un crecimiento generalizado: «Hay que generar empleo, riqueza y confianza, las medidas específicas al final no hacen que aparezcan los compradores. No se compra porque no hay empleo».