Juristas y oenegés internacionales critican el «insólito» juicio a Garzón
El Tribunal Supremo juzga desde hoy a Baltasar Garzón por supuesta prevaricación en la investigación de los crímenes del franquismo. El juez de la Audiencia Nacional se enfrenta a una petición de inhabilitación de 20 años por asumir la competencia de la causa y practicar determinadas diligencias que vulneraron normas como la Ley de Amnistía de 1977.
Se prevé que el juicio tenga una transcendencia no sólo nacional, sino también internacional. Buena prueba de ello es la reacción que han tenido asociaciones de derechos humanos de prestigio como Human Rights Watch, Amnistía Internacional o colectivos profesionales como la Comisión Internacional de Juristas.
Estos grupos estimaron en rueda de prensa que la decisión del Supremo de juzgar al magistrado es «insólita», ya que por vez primera se sienta en el banquillo a un juez por perseguir crímenes internacionales, amparados por acuerdos judiciales y reiterada jurisprudencia universal.
Imagen mundial. Consideraron que el proceso afectará a la imagen mundial de la justicia española, que en los últimos años se ha labrado una importante reputación por las causas de justicia universal, y señalaron que el juicio tiene «un efecto intimidatorio» sobre otros togados que han abierto procesos para perseguir delitos de lesa humanidad.
El jurista americano Redd Brody manifestó su sorpresa por el escaso rechazo que ha tenido el juicio en España y aseguró que «abogados y jueces de todo el mundo tienen los ojos puestos en las represalias a Garzón». Por su parte, el consejero jurídico de Amnistía, el argentino Hugo Relva, tachó de «escandalosa» la vista oral y recordó que los crímenes contra la humanidad «no pueden ser amnistiados».