Primarias ‘a la francesa’ para elegir al candidato al Gobierno
El próximo candidato socialista a la presidencia del Gobierno podría ser elegido de forma abierta por los militantes y los simpatizantes del partido, ya que el 38 congreso del PSOE se ha decantado por las primarias abiertas a la ciudadanía para este cargo, no así para la elección del secretario general.
Se trata de una de las grandes novedades desveladas en las ponencias políticas que se han debatido en Sevilla y anunciada por Alfredo Pérez Rubalcaba durante su intervención como candidato. Aunque todavía deberá ser desarrollada en la conferencia política prevista para antes de verano, el nuevo líder ya ha mostrado su preferencia por el llamado ‘modelo francés’.
Con toda la atención centrada en las duras negociaciones para conformar la ejecutiva federal, cientos de delegados participaban la tarde-noche del sábado en las cuatro comisiones de la ponencia marco, una especie de ‘libro blanco’ que traza los pasos a seguir para hacer del PSOE «un instrumento mejor para resolver los problemas de los ciudadanos». Y es que el objetivo, según repitió el nuevo secretario de organización, Óscar López, es ser una alternativa de gobierno «cuanto antes». Los delegados se han volcado, y ha conseguido incorporar de una forma u otra a la ponencia marco el 80 por ciento de las 12.415 enmiendas presentadas, que ascendían incluso a 16.000 enmiendas antes de unificarse.
Además de las primarias para la elección del candidato a la presidencia, está por ver si la conferencia de organización aborda también que este sistema se extienda a los candidatos autonómicos, como también se había propuesto. En la misma línea, el congreso ha aprobado la ampliación de las primarias a los candidatos a alcalde en los municipios de más de 20.000 habitantes, cuando hasta ahora era en aquellos de más de 50.000 y siempre que no se tuviese el gobierno. La comisión que debatía sobre el modelo de partido ha aprobado también apostar por el desbloqueo y apertura de las listas a los órganos internos y que haya paridad o al menos un «reparto equilibrado» en los primeros puestos de las candidaturas al Congreso y el Senado.