Interior asegura que el Gobierno «nunca, nunca» dialogará con ETA
Fernández Díaz afirma que la entrega de las armas de la banda será insuficiente.
El ministro del Interior aseguró que «nunca, nunca el Gobierno de España se sentara a dialogar» con ETA. «Es impensable», afirmo Jorge Fernández Díaz en respuesta a los últimos emplazamientos de la izquierda aberzale para que el Ejecutivo se siente a hablar con la organización terrorista de «las cuestiones técnicas», en referencia a los presos y las armas.
El titular de Interior volvió a exigir a ETA su disolución si quiere que el Gobierno dé algún paso con los reclusos de la organización terrorista. «¿Por qué no lo hace? ¿Para tutelar el proceso y volver a actuar cuando no les guste el resultado?», se preguntó.
Fernández Díaz apuntó que la exigida entrega de armas no sería un gesto definitivo por parte de ETA porque se pueden entregar los arsenales «y no dejar de existir». Lo que hace falta, agregó, es «una declaración muy solemne, formal y seria» de los terroristas sobre su disolución y «una prueba verificable» para las fuerzas de seguridad sobre esa extinción.
Insistió en que para que se produzcan acercamientos de presos etarras al País Vasco se requiere la desaparición de ETA y hasta que ese paso no se dé no habrá aproximaciones. En este sentido, señaló que el Gobierno «no se va a dejar presionar» por demostraciones de fuerza de la izquierda aberzale, como la manifestación del sábado en Bilbao a favor del acercamiento de los reclusos.
Una visión compartida por el titular de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, quien apuntó que ni se plantea por ahora diseñar un plan de traslado de terroristas presos al País Vasco. Mientras el Gobierno no elabore una estrategia en ese sentido, dijo, su departamento tampoco trabajará en «políticas de gracia e indultos» porque son asuntos vinculados a la política penitenciaria.
Entre todos. Por su parte, el dirigente de la izquierda aberzale Rufi Etxeberria opinó ayer que «todas las partes», y no sólo ETA, deben implicarse en el desarme a través del diálogo para que el «proceso no deje dudas». Etxeberria subrayó que el proceso de desarme debe efectuarse de una manera «ordenada» y «supervisada» por una tercera parte.