Miles de personas protestan contra el «atropello» a Garzón
Los actos de apoyo al ex juez se extienden a otras ciudades. En marcha un homenaje.
Varios miles de personas, según los convocantes, se concentraron ayer a las puertas del Tribunal Supremo en apoyo a Baltasar Garzón para protestar contra el «atropello» que, en su opinión, ha supuesto su inhabilitación como juez por ordenar las escuchas del caso Gürtel.
El acto fue promovido por las plataformas contra la impunidad del franquismo y Solidarios con Garzón. En otras ciudades también se han celebrado concentraciones en solidaridad con el ex juez y prróximamente habrá una reunión de todas las asociaciones de memoria histórica de todo el Estado y se organizará un homenaje a Baltasar Garzón.
Los participantes corearon consignas como «Vergüenza», «Justicia», «Este juicio es una vergüenza» o «Este tribunal está podrido» y exhibieron carteles contra la corrupción y en favor de la reparación de las víctimas de la dictadura.
En su intervención, el portavoz de la plataforma «Solidarios con Garzón», Jaime Ruiz, ha mostrado su repulsa ante una sentencia «radicalmente injusta» del Supremo que condena al juez que destapó la trama de corrupción, mientras los corruptos están en la calle. Ruiz manifestó que «ha habido una verdadera cacería mediática y jurídica», con tres procedimientos abiertos sobre el mismo juez, lo que, desde su punto de vista, ha sido «un atropello a la legalidad democrática y a la justicia».
Explicaciones en el Congreso. El diputado de IU Gaspar Llamazares adelantó que hoy, durante la comparecencia del presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial, Carlos Dívar, en el Congreso de los Diputados, le pedirá cuentas y le dirá que «la justicia española está bajo mínimos como servicio público y como poder democrático porque se ha convertido fundamentalmente en una justicia corporativa».
Llamazares opinó que el juicio a Baltasar Garzón por las escuchas del caso Gürtel ha sido «un tribunal de honor», que fueron derogados por la Constitución española, y consideró que «la justicia tendrá que abordar su propia transición democrática, que todavía no ha hecho».
Ningún cambio. El poeta Marcos Ana, que pasó veintitrés años en la cárcel y estuvo condenado a muerte durante el franquismo, dijo tener la convicción de que «hay una vocación fascista en el Tribunal Supremo», como demuestra la «injusticia» que se ha cometido con Garzón con la intención de «darle un escarmiento para que nadie pueda seguir su camino de denunciar los crímenes del pasado».