Perfil
La cara amarga de las protestas estudiantiles
Saltó de la Vicepresidencia del Gobierno valenciano hasta la Delegación del Gobierno en la Comunitat el pasado mes de diciembre. Paula Sánchez de León pasó entonces al retiro discreto de un cargo que se presuponía relajado. Pero los miles de estudiantes que han salido a las calles de Valencia han puesto el nombre de Paula en el mapa.
Sánchez de León ha sido el principal apoyo del ex presidente Francisco Camps. Su estrecha relación les viene de fuera del mundo político, pero fue en 2008 cuando se hizo visible con su llegada a la conselleria de Justicia. Ocupó ese cargo durante el tiempo que duró el proceso por la causa de los trajes de la trama Gürtel.
En ese tiempo, la ahora delegada ascendió también a portavoz del Gobierno valenciano para poner cara a las comparecencias institucionales del Consell en su etapa más dura. Camps le confió esta labor y poco después la señaló como su sucesora. Y es que, tras ganar las elecciones autonómicas de 2011, el ex presidente la convirtió en la primera vicepresidenta única de la Comunitat.
La delegada del Gobierno siempre ha destacado por su capacidad conciliadora con los partidos de la oposición. La misma que ahora le reprochan con los estudiantes. Pero Sánchez de León ha apostado por poner cordura al asunto. Sabe que Valencia no puede permitirse otro descrédito, ni ella otra reprimenda en solo dos meses en el cargo. Ni seguir siendo la cara amarga de las protestas.