Rajoy insta a los sindicatos a que desistan ante los apoyos recibidos por la reforma laboral
?. Los cambios en el mercado de trabajo superan su primer examen en el Congreso.
Mariano Rajoy esbozó una sonrisa al ver ayer en el monitor del Congreso los 197 votos que respaldaron el decreto gubernamental que hace una profunda reforma del mercado laboral. Para el Gobierno, son las modificaciones precisas para que España cree empleo en cuanto salga de la recesión. Para la izquierda y los sindicatos, destroza la legislación laboral de la democracia, abarata y facilita el despido, y da a los empresarios todo el poder en la negociación colectiva.
Los populares lograron sumar a su holgada mayoría absoluta el apoyo de CiU, de su socio Unión del Pueblo Navarro y del representante del Foro Asturias, lo que asegura que la norma, que ahora pasará a fase de enmiendas, saldrá aprobada con un gran respaldo y sin cambios en sus puntos sustanciales y más polémicos, los mismos que hoy reunirán a UGT y CC.OO. para debatir si convocan la primera huelga general contra el Gobierno del PP. El bloque de oposición, comandado por el PSOE y formado por la izquierda minoritaria -IU, ERC, Amaiur, BNG, Compromís y GeroaBai-, los nacionalistas vascos y canarios, y UPyD, sumó 142 votos.
El resultado convenció a Rajoy de que ya ha ganado esta batalla política y nada más abandonar el hemiciclo animó a los sindicatos a desistir, a dejar de agitar la calle y a olvidarse de la huelga porque no le doblarán el brazo. Dijo estar «muy contento» porque «una sólida mayoría» respalda «la reforma que necesita España». Señaló que sabe que hay sectores que se aferran a las reglas laborales que rigen desde hace 30 años, pero «mi obligación es adoptar una reforma laboral que sirva al mundo en que vivimos y que acabe con el pesimismo y la desesperanza de los jóvenes». Por si el aviso no era evidente, horas después, en Palma de Mallorca, añadió: «Nosotros no anunciamos reformas, las hacemos».
Las declaraciones victoriosas de Rajoy fueron el epílogo a una mañana agitada. Gobierno y PSOE protagonizaron en el Congreso un bronco mano a mano, con continuas interrupciones y descalificaciones durante el pleno de ratificación del decreto.
El debate concluyó con intervenciones muy críticas de todos los grupos de izquierda, de UPyD y del PNV, radicalmente en contra del decreto, y con el convencimiento de CiU de que logrará que los populares acepten muchas de sus enmiendas.