El Gobierno aprueba una amnistía fiscal
Hacienda permitirá regularizar deuda tributaria con un gravamen del 10% para recaudar 2.500 millones.
Sacar dinero hasta de debajo de los colchones, incluso al precio de renunciar a perseguir el fraude con todas las de la ley. El Gobierno de Mariano Rajoy dejó claro ayer que en «situaciones límite» como la actual vale casi todo con tal de recaudar y lanzó una invitación a los defraudadores o a quienes tengan dinero escondido fuera de España a regularizar su situación mediante una amnistía fiscal parcial.
El anuncio de esta medida encendió los ánimos de los partidos de izquierda y cosechó un sonoro rechazo de los inspectores de Hacienda. El departamento que dirige Cristóbal Montoro aspira a ingresar por esta vía 2.500 millones de euros adicionales –de un aumento total de ingresos presupuestado en 12.314 millones- y destinarlos a recortar el déficit.
La legislación no permite aprobar amnistías fiscales totales. De ahí que Montoro tuvo mucho cuidado de no presentar la iniciativa como una medida de gracia que la oposición y los electores puedan interpretar como un ‘premio’ a los defraudadores. El ministro prefirió hablar de un nuevo «gravamen especial» fruto de la excepcionalidad de la situación económica.
La medida aprobada por el Consejo de Ministros bendice en la práctica la regularización a bajo coste de rentas no declaradas por contribuyentes del IRPF, del Impuesto de Sociedades y el Impuesto sobre la Renta de no Residentes. El precio será asequible: el pago previo de un gravamen complementario del 10% del importe de los bienes y derechos aflorados.
El Gobierno dejó claro que todo contribuyente que se acoja a estos beneficios quedará exonerado de cualquier ulterior persecución. Eso sí, deberá hacerlo antes del próximo 30 de noviembre, fecha en que expira el plazo para presentar una declaración confidencial para regularizar su situación tributaria y para ingresar la cantidad aflorada.
El plan para hacer aflorar dinero negro fija también un gravamen específico del 8% para los dividendos o participaciones en beneficios de fuente extranjera derivados de la misma fuente que se repatríen hasta el 31 de diciembre del 2012.
El plan gubernamental incluye, además, un aviso a navegantes: Hacienda endurecerá el régimen sancionador tributario en 2013, una vez hayan expirado todos los plazos concedidos para la regularización extraordinaria de capitales. El que quiera saldar cuentas con el fisco ya sabe que deberá hacerlo este año, a riesgo de sufrir el que viene una sanción mucho mayor.
Cristóbal Montoro resaltó que una amnistía fiscal puede «gustar más o menos» a los contribuyentes, pero cree que debe hacerse en momentos como los actuales en que se impone la necesidad de aumentar los ingresos. El PSOE no tardó en recordar que los ‘populares’ se opusieron en 2010 a que José Luis Rodríguez Zapatero implementara una medida similar por considerarla injusta. Montoro resaltó que es «una oportunidad que no se va a volver a presentar más» y dejó claro que el gabinete de Rajoy adoptó esta medida «al amparo de la OCDE» y a la vista de la experiencia de otros países del entorno, entre los que citó a Italia, Reino Unido y Estados Unidos.
El otro gran pilar de la reforma fiscal que acompaña a los presupuestos es la reforma del Impuesto de Sociedades, que tiene como objetivo frenar la caída de su tipo efectivo.
Completa la reforma fiscal una revisión del impuesto sobre las labores del Tabaco. En total –de producirse el mejor de los escenarios, es decir, el cumplimiento estricto del plan gubernamental– los ingresos deberían de incrementarse en 12.314 millones de euros este año para ayudar a recortar el déficit.