Diario de León

Los hosteleros culpan a la crisis y no a la lluvia de las malas cifras de la Semana Santa

«Con la que está cayendo se trata más de aguantar que de hacer el agosto», subraya el sector.

Aspecto que presentaba ayer la plaza de las tiendas de León, pasadas las dos de la tarde.

Aspecto que presentaba ayer la plaza de las tiendas de León, pasadas las dos de la tarde.

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León

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La crisis condicionó más que la lluvia una Semana Santa con una caída generalizadas de ventas y, por tanto, de actividad en hoteles, casas rurales, bares y restaurantes. Ninguna zona de la provincia se ha salvado de un balance que deja peores resultados que el año pasado, con una caída media del 30%, que va del 50% en Picos de Europa a un 10% en la capital leonesa y en otras plazas fuertes.

Ante esta situación, como comenta el presidente de la Asociación Provincial de Hostelería, Pedro Llamas, se trata más de «aguantar» que de rentabilizar los negocios.

En ese balance coinciden hosteleros, dueños de hoteles y comerciantes. Nadie se salva, aunque tampoco es que la situación de León sea distinta a lo que ha ocurrido esta Semana Santa en el resto de Castilla y León ni de España. El mal tiempo y la crisis económica han afectado al turismo español durante la Semana Santa y no se han cumplido las previsiones hoteleras que apuntaban a una ocupación superior al 80%, según la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos Turísticos. La media se ha quedado entre un 70 y un 75% a nivel nacional.

Sin todas las procesiones

Lo que también se ha notado es que, pese a las negras previsiones de los primeros días de Semana Santa, tras las lluvias del Lunes Santo que obligaron a suspender la mayor parte de las procesiones -el tirón fundamental para hacer turismo en la provincia de León-, lo cierto es que la ocupación subió en los últimos días con reservas de última hora tanto en la capital como en zonas como Astorga o el Bierzo.

Lo que queda claro, de todas formas, «es que los visitantes no consumen con la misma alegría que antes», señala Pedro Llamas, de la Asociación Provincial de Hostelería.

«Tenemos que reconocer que estamos en el centro de una gran crisis y que todos lo notamos».

Donde más se ha notado la crisis es en la caída de reservas en casas rurales. En este caso, según apuntan fuentes del sector, a la crisis se ha unido el mal tiempo como clave. En las ciudades y localidades importantes los turistas han podido salir a la calle y disfrutar de la oferta gastronómica y festiva, pero en el campo la situación se ha complicado porque no es lo mismo disfrutar del paisaje con sol que lloviendo.

2012 deja un balance agridulce que se une a una tendencia que se está confirmando los últimos años. Como señala el portavoz de los hoteles, Jaime Quindós, «de unos años a esta parte hay menos movimiento, pero más que por el tiempo, por la crisis económica». Y es que en medio del temporal, al parecer lo importante es «aguantar».

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