Diario de León

La vicepresidenta pide unión a CiU para sacar al país de la crisis

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cristian reino | barcelona
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El PP no dar por perdido el apoyo de CiU a los programas de ajuste y las reformas de Mariano Rajoy. Aunque desde la federación nacionalista quisieron dejar claro que la enmienda a la totalidad que presentaron contra los Presupuestos marcaba un punto y aparte en las relaciones entre CiU y PP, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, lanzó ayer un llamamiento a la responsabilidad de los nacionalistas para que retomen el clima de colaboración que mantuvieron al principio de la legislatura de Rajoy, cuando respaldaron al PP en el Congreso en la reforma laboral, la amnistía fiscal, la Ley de Estabilidad Presupuestaria, la reforma del sistema financiero, así como en el primer paquete de medidas de ajuste aprobadas por el Ejecutivo central nada más llegar al poder.

En los próximos meses habrá que «afrontar reformas» nuevas y es deseable que sea en un «clima de entendimiento» y de «unidad», clamó la vicepresidenta en la clausura del decimotercer congreso del PP catalán. «Hay que hacerlo todos juntos», añadió. En la primera fila de las butacas del palacio de congresos de Barcelona estaba Oriol Pujol, portavoz de CiU en el Parlamento catalán y secretario general de Convergencia, ni se inmutó ante el requerimiento de la número dos y portavoz del Ejecutivo.

El PP, que goza de mayoría para sacar adelante las iniciativas legislativas en el Congreso, necesita a CiU para trasladar una imagen de consenso y fortaleza a los mercados y a los socios europeos. Rajoy ha instado a los dirigentes de su partido a que no cejen en la búsqueda de apoyos parlamentarios porque aunque el PP pude aprobar en solitario todos los proyectos que crea conveniente es más recomendable contar con apoyos.

«Los catalanes y el resto de los españoles quieren que aunemos esfuerzos para el gran objetivo de país», insistió Sáenz de Santamaría. «Tenemos que trabajar juntos, limando diferencias y buscando puntos de encuentro para superar las dificultades», señaló la vicepresidenta, quien hizo una encendida defensa de la agenda reformista de su partido, como herramienta para ser más competitivos y como única manera de salir de la crisis.

Aunque la número dos del Gobierno puso el acento en que el Ejecutivo central «está volcado con Cataluña», a la que presta todo su apoyo financiero, en infraestructuras y respaldando a las pymes, no hizo ninguna referencia a los 211 millones de la disposición adicional tercera del Estatut que reclama la Generalitat y que son uno de los puntos más serios de fricción. Desde CiU se reclaman gestos pero la vicepresidenta, en su discurso, no lanzó ninguno.

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