Soria mantiene los recortes y aboca al carbón a una desaparición anticipada

Ni un euro más. El ministro de Industria, José Manuel Soria, acabó ayer con todas las esperanzas del sector minero de arañar fondos suficientes como para mantener las ayudas al funcionamiento de las empresas carboneras este año, aunque fuese a costa de aplazar las inversiones en proyectos de reconversión en las cuencas. Soria ratificó que las cifras fijadas en los Presupuestos Generales del Estado para este año son inamovibles (incluso más reducidas, porque del muy recortado montante hay que descontar las ayudas a la producción correspondientes a los últimos meses del año pasado, 75 millones de euros). Y acabó también con contundencia con la posibilidad de que los remanentes del Instituto del Carbón se utilizaran para completar las partidas.

No hay dinero, y no habrá más que lo anunciado, que supone un recorte de más del 63% sobre los presupuestos del año pasado. Una decisión drástica que en la práctica conlleva la desaparición anticipada e inmediata del sector. El carbón no sobrevivirá en este escenario.

Despropósito, barbaridad, absurdo. Fueron algunos de los calificativos que desde la patronal minera definieron el enrocamiento del ministro canario en su postura. «Si apuesta por el sector, que mantenga las ayudas, si no, tiene que plantear un plan de cierre».

El empresario Victorino Alonso, que acudió al encuentro en representación de la patronal, defendió ante Soria que estas ayudas no son una subvención a fondo perdido, sino parte del precio del carbón; y denunció la inseguridad jurídica en la que se mueven las empresas: el Gobierno tiene el compromiso firmado de cumplir el Plan del Carbón, y las empresas han acometido millonarias inversiones para cumplir las producciones pactadas.

Reducir de golpe los ingresos disparará los costes fijos, según explicó ayer el portavoz de Carbunión Gerardo Biaín; que adelantó que las empresas tienen «enormes dificultades» para hacer frente a sus pagos, porque las alarmantes noticias de las últimas semanas han llevado a las entidades financieras a bloquear las líneas de financiación. «Es muy urgente que se convoquen y se concedan las ayudas al funcionamiento de este año, han pasado casi cinco meses y no se ha cobrado nada».

Biaín señaló que las empresas exigirán al Gobierno que cumpla los compromisos firmados, aunque «las armas legales resuelven cuando ya no existes»; y advirtió que no entrarán en el juego «insinuado» desde Industria de trasladar parte de los fondos de otras partidas mineras a las ayudas al funcionamiento. «Sólo reclamamos lo que es nuestro, no vamos a entrar en esa guerra».