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Los sindicatos cantan victoria en la huelga ante la indiferencia del Gobierno

Wert no menciona la posibilidad de suavizar las reformas acometidas por su Ministerio.

Un grupo de estudiantes protesta alzando libros con las manos ante la policía impasible.

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ander azpiroz | madrid
León

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Sindicatos, estudiantes y padres de alumnos desafiaron ayer al Gobierno con una huelga que abarcó todos los niveles de la educación pública por primera vez en democracia, y para la que estaban citados 7,5 millones de estudiantes y 1,5 millones de profesores. Y, cómo no, la guerra de cifras volvió a ser noticia. Según las centrales convocantes, un 80% del colectivo de la enseñanza se unió a la protesta contra los recortes planteados por el Ejecutivo, un porcentaje que el Ministerio redujo a un exiguo 22,7% .

Al margen de números, las principales ciudades españolas de 14 comunidades autónomas albergaron concentraciones en contra del recorte del gasto público en educación, que contempla, entre otras medidas, la subida de las tasas universitarias, el aumento del ratio de alumnos por aula o la reducción de puestos de trabajo entre el profesorado.

La jornada de huelga se desarrolló en medio de un clima de tranquilidad y solo estuvo salpicada por incidentes aislados. En Madrid dos estudiantes fueron detenidos cuando la policía procedió a desbloquear un piquete que impedía el acceso a uno de los campus de la Universidad Complutense. Pese a los temores a posibles altercados, el día transcurrió con absoluta normalidad en Barcelona, al margen de esporádicos cortes de tráfico. Bajo el lema ¿Qué futuro nos espera? 25.000 estudiantes y profesores según la Guardia Urbana recorrieron las calles de la Ciudad Condal, un número que los convocantes incrementaron hasta los 150.000.

Mientras, en Baleares, comunidad que junto a País Vasco y La Rioja no se sumó a la convocatoria, un grupo de 70 jóvenes irrumpió en el despacho del consejero de Educación, Rafael Bosch, quien exigió la censura de todas las fuerzas políticas ante tales actos. «Si estos hechos no son claramente condenables, habremos roto una de las reglas de la democracia», afirmó. El mayor nerviosismo se vivió durante una trifulca en la que se vio envuelta la jefa de gabinete de Bosch, Ana Rodríguez.

En Madrid tuvo lugar la gran manifestación fijada. Por las calles de la capital marcharon 105.000 personas, según datos facilitados por los convocantes. Tras la concentración, que discurrió sin incidentes, los líderes sindicales se congratularon del grado de participación en las protestas. «Ha sido una jornada muy importante en toda España, con 60 movilizaciones. La huelga ha sido todo un éxito», celebró el secretario general de FE-CC.OO., José Campos. El secretario delegado del colectivo de estudiantes, Thoil Delgado, denunció «la manipulación» de los datos de seguimiento ofrecidos por las autoridades, mientras Carlos López, responsable de Fete-UGT, fue el que más exigió responsabilidades: «Toda la comunidad educativa ha salido a la calle. A Wert no le va a quedar más remedio que dimitir».

Lejos de presentar su renuncia, el ministro de Educación, que insistió en que el seguimiento de la convocatoria fue de un 22%, expresó su agradecimiento «a la inmensa mayoría de los docentes que no secundó la jornada de huelga». Wert también insistió en la voluntad de su departamento para mantener un canal abierto de diálogo, aunque no mencionó la posibilidad de suavizar las reformas acometidas por su Ministerio.