león lucha por la minería. LOS MINEROS TOMAN LA PALABRA
Paro total del carbón y cortes sin incidentes en una pacífica primera jornada de protesta
Los sindicatos se plantean la defensa del sector como una carrera de fondo y llaman a la unidad de acción.
Una carrera de fondo. Así se plantean los trabajadores del carbón las movilizaciones con las que pretenden que el Gobierno «recapacite» y busque los pocos más de 150 millones de euros que salvarían a la minería del precipicio al borde del que la han colocado los recortes que Industria mantiene inflexible. La primera jornada de protestas de las cuatro convocadas de momento transcurrió ayer en un «ejemplo de civismo», según destacaron los sindicatos al término de los cortes de carretera en la AP-66, en el peaje de La Magdalena, y en la A-6 y N-VI, en San Román de Bembibre. Fuera de la provincia, Asturias y Palencia fueron también escenario de los cortes y de la huelga convocada en la minería del carbón.
En las explotaciones leonesas el paro fue prácticamente total, sólo algunos trabajadores de los cielos abiertos acudieron a sus puestos. Hoy los mineros tienen convocada una nueva jornada de protesta, con paros, cortes de carretera y una concentración a partir de las 18.00 horas ante la Subdelegación del Gobierno de León.
Los trabajadores de las cuencas de Laciana y Matallana se concentraron desde las 10.30 horas a la altura del peaje de La Magdalena, en la autopista León-Campomanes, a la que accedieron con tranquilidad para cortar el tráfico a las 11.15 horas. Casi dos horas con una larga cola de vehículos que llegaban a León desde Asturias, porque en sentido contrario apenas dos turismos quedaron «atrapados» por el corte, junto con un autobús de Alsa que, tras una hora de paciente espera, tomó otro camino.
Escasa presencia policial y mucha tranquilidad en un corte pactado en el que algo más de 300 mineros llegaron y se fueron ordenadamente al llamamiento de abrir de nuevo el paso al tráfico. Y paciencia por parte de los conductores, sin que se produjera enfrentamiento alguno.
«Hay que evitar problemas porque las protestas pueden ser largas, pero tenemos que hacernos oir», señaló Marcos Martínez (USO), presidente del comité de empresa de la Hullera Vasco Leonesa, que confió en que pueda establecerse una solución, «aunque sea fuera de los presupuestos generales».
También Omar García, responsable comarcal de CC.OO. en Laciana, abogaba por la calma: «No queremos enfrentamientos. Pero sí tenemos que defender la unidad de acción. Por eso reclamamos que se sigan las directrices de los sindicatos mayoritarios. Ahora todo el mundo se apunta a las protestas, pero eso puede desgastar innecesariamente».
Como una jornada de «éxito y demostración de civismo» definió el primer día de movilizaciones Rubén Darío, delegado en la Hullera de CC.OO. Abogó por «mantener tanto la ilusión como las ganas de lucha».
La voz al escepticismo general sobre los resultados de la Comisión de Seguimiento del Plan del Carbón convocada para el martes la levantó Antonio Fernández, delegado de UGT en Coto Minero Cantábrico.
El responsable comarcal de UGT en la cuenca de Ciñera-Matallana, Miguel Ángel Iglesias, defendió que el sector, a diferencia de protestas anteriores, «no está hablando de futuro, sino de presente».
Los corrillos de los mineros (los afortunados que se resguardaban a la sombra del gran cartel de la autopista y quienes soportaron estoicamente el implacable sol del mediodía) fueron buen ejemplo de los frentes, todos ellos complicados, que acechan al sector: recorte presupuestario, incumplimientos, y también las medidas cautelares de suspensión de actividad que penden sobre el cielo abierto de Fonfría. «Si se cierra, toda Laciana se para».
Mientras tanto, con los rayos de sol cayendo sobre el asfalto como cuchillos afilados, los mineros del Bierzo recurrieron ayer al corte de la Autovía del Noroeste en Bembibre para hacerse notar. Fue a la altura del kilómetro 371.
Pasaba un cuarto de hora de las once de la mañana cuando un grupo superior al centenar de trabajadores del carbón se abalanzó en masa sobre la A-6, desde la glorieta de San Román de Bembibre. En un abrir y cerrar de ojos cortaron los cuatro carriles en sentido Galicia y León.
Durante hora y media británica (de 11.15 a 12.45 horas) el bloqueo de coches, motos, camiones y autobuses fue mayúsculo. Tanto como el cabreo, enfado y también resignación de los que se vieron atrapados en el caos de los más de dos kilómetros de cola en ambos sentidos.
El primer sorprendido fue un matrimonio francés que, procedente de Galicia, se dirigía a Orleans. En un francés macarrónico alguien se puso a hablar con él y el galo en su idioma comentó: «Aún me tiemblan las piernas. Los vi salir tan de prisa y se me pusieron delante, que mi esposa y yo nos asustamos».
Al momento llegó un capitán de la Guardia Civil, que habló con los representantes sindicales y éstos le comunicaron que su intención era mantener el corte casi dos horas.
A partir de ahí, los mínimos incidentes que desterraban la monotonía y el sopor del paso del tiempo bajo el sol plomizo los protagonizaron conductores desesperados. Los mineros dejaron pasar al coche de un cirujano que iba para Madrid. Detrás, una mujer en un imponente deportivo intentó colarse, y su enfado llegó a rozar la histeria cuando los mineros la obligaron a permanecer en la cola.
Un señor de 78 años intentó también convencer a los manifestantes, diciéndoles que también tenía cinco hijos, cuatro de ellos en el paro. Pero, ni por esas.
Nadie pudo cruzar el bloqueo minero, excepto un autobús lleno de jubilados que, procedente de La Coruña, se dirigía al santuario francés de la Virgen de Lourdes. No está muy claro si pesó lo dicho por una de las mujeres, pero lo cierto es que dio resultado al comunicarle a los movilizados que pondrían a la Virgen velas para que se solucione el problema de la minería.
El rosario de enfados lo zanjó un joven que se encaró a los mineros porque no le dejaban pasar. La breve refriega llegó a calentarse de tal forma que incluso tuvo que situarse entre ambos una pareja de la Guardia Civil.
Y así, cumplida la hora y media de colapso circulatorio, los mineros se fueron del lugar y comenzó lentamente a restablecerse la normalidad.