LEÓN EN ZONA DE GUERRA. ENTRE ESPÍAS, GUERRILLA Y WOLFRAMIO
‘Paquito’ Lubs se distraía en León
Franz Lubs, el jefe de la Gestapo de Logroño, tenía contacto con la familia de Ramón Pallarés Berjón.
La familia de Ramón Pallarés Berjón, uno de los fundadores de Comercial Pallarés en 1923, es la que acogió y tenía contacto con Franz Lubs, el jefe de la Gestapo de Logroño que aparece en los documentos del Foreing Office referidos al espionaje nazi en el noroeste de España durante la II Guerra Mundial.
Así lo confirmó a Diario de León uno de sus descencientes quien conoció al alemán personalmente. Luis Pallarés indicó que Lubs, a quien en León llamaban Francisco y Paquito, «pasaba algunos días en nuestra casa porque tenía amistad». En La Candamia, su padre, Ramón Pallarés, tenía una casa de campo, donde había caballos y pasaban horas de recreo.
El informe del servicio de inteligencia británico, que obra en el National Archives de Kew Garden, en Londres, señala que el menor de los tres hijos (dato erróneo pues Ramón Pallarés tuvo tenía cuatro hijos varones y una hija) es su «contacto» en León para el espionaje nazi. Familiares que no conocieron a Lubs no dan crédito a estos informes: «No creo que mi abuelo estuviera metido en política», subraya un nieto.
Según la ficha elaborada por el informante, el joven tendría 19 años de edad y no trabajaba. Respecto a Lubs indica que tiene unos 26 años, le presenta como afeminado y de apariencia licenciosa. Destaca el hecho de que usa crema y polvos para la cara. «Fuma cigarrillos y bebe —a veces en exceso. Viste muy bien, usa corbata y es muy femenino en apariencia». Su español «es muy pobre» y es «muy histérico y arrogante».
Pese que le consideran poco conocer de su trabajo, valoran mucho la influencia que tiene con la policía española y hacen hincapié en los viajes que hace para visitar la embajada de Madrid y el consulado de Bilbao. La ciudad vasca era el punto central en el noroeste español para el espionaje nazi.
Las otras ciudades destacadas fueron Vigo, Gijón y San Sebastián por el tráfico marítimo. «En el Norte de España —señala Javier Rodríguez en War Zone— la red de espionaje también se extendió por otras ciudades como Logroño, Zaragoza, León y Burgos».
Más espías nazis
En el libro se reproducen resúmenes de las fichas de la inteligencia británica sobre Lubs, Pallarés, así como de otro destacado ciudadano de Logroño, el propietario del bar Recajo y de una sastrería, José López López, quien trabajaría como colaborador de Lubs y de Konneke, el agregado militar del consulado alemán en Bilbao desde 1940 y miembro de la SS. Al igual que Lubs que vivía en el hotel Comercio de Logroño, Konnecke se hospedaba en el hotel Continental de Bilbao. Otros espías alemanes del noroeste serían coronel Oberst Schintzler, Weber, comisario de la Gestapo, y secretario del consulado de Bilbao y Muller, traductor en Logroño y Zaragoza.
El noroeste fue una zona geoestratégica tanto para el servicio de espionaje nazi —la Kriegorganisationen Spanien (KO)— y Abwehr (Servicio de Inteligencia Militar de las fueras armadas alemanas), como el Servicio Secreto Británico y la OSS (Oficce of Strategic Service) de Estados Unidos.
