león lucha por la minería Nueva semana de conflicto
El conflicto más duro en 25 años
Los sindicatos reconocen que ni la reconversión de los años 90 ni la lucha contra el Protocolo Eléctrico con . Aznar tuvieron tan poco margen de negociación, lo que puede llevar a las cuencas a un callejón sin salida.
CC.OO. y UGT reconocen abiertamente que se encuentran ante el conflicto más difícil de los últimos 25 años. Dirigentes de ambos sindicatos lo creen así por la cerrazón del nuevo Gobierno y especialmente por la actitud que desde el primer momento ha tomado el ministro de Industria, José Manuel Soria.
Ni los grandes conflictos de la reconversión de principios de los años 90 en Sabero, la Hullera Vasco-Leonesa y MSP con gobiernos de Felipe González, ni el pulso que se mantuvo con el Ejecutivo de José María Aznar por el llamado Protocolo eléctrico fueron similares. En todos ellos, aseguran los dirigentes mineros, hubo margen para negociar, pese a que se vivieran situaciones difíciles, como altercados con los antidisturbios o momentos de gran tensión.
En este caso, según CC. OO. y UGT, el Gobierno ha optado por cerrarse en banda desde el primer momento, lo que puede degenerar en un conflicto no sólo laboral sino también social en las cuencas mineras. «El ministro Soria no sabe con quien está tratando. Las comarcas mineras están acostumbradas a luchar, a ser combativas y solidarias, a mantener el pulso cueste lo que cueste», comenta un dirigente sindical.
Alcaldes beligerantes
Otra prueba de esa situación tan compleja, es la actitud de los alcaldes del Partido Popular desde el primer día y sus declaraciones abiertamente en contra del ministro, como la del edil de La Robla, Ángel Suárez, que no ha tenido pelos en la lengua para pedir la dimisión de Soria, o la del alcalde de Pola de Gordón, Francisco Castañón, de amenazar con dejar el PP si el Ministerio de cambia de posición en los próximos días. «Están viendo que esto puede degenerar en una situación sin control», explican. En otros conflictos, los alcaldes han tenido un protagonismo secundario. En este caso, añaden las fuentes consultadas, están siendo beligerantes con su propio partido, pero si Soria mantiene su posición sine die puede que les lleve a un callejón sin salida en el que tendrán que optar por seguir o marcharse. «Todo está en manos del ministro. Él sabrá», concluyen.