El pacto fiscal amenaza con repetir la convulsión del Estatut
Los partidos catalanes llegaron el miércoles a un compromiso de mínimos: intentar consensuar en dos meses la propuesta con la que el presidente Artur Mas acudirá en septiembre a negociar con Mariano Rajoy el nuevo sistema de financiación para Cataluña, el llamado pacto fiscal. Hasta ahora solo había un planteamiento, el de la Generalitat, que apoyan ERC e Iniciativa por Cataluña, y que apuesta por una propia Hacienda, como Euskadi o Navarra. PSC y PP se oponen, pero están dispuestos a debatir y acercar posiciones. Lo que no está claro es cuánto está dispuesto a ceder cada uno.
Este debate amenaza con variar la correlación de fuerzas del mapa político catalán. La intención de la Generalitat es aguantar hasta el final de legislatura con la geometría variable, que tiene al PP como principal apoyo para sacar los Presupuestos. Pero un ‘no’ contundente Rajoy al pacto fiscal obligaría a Mas a romper con los populares y tratar de buscar una sociovergencia, un gobierno de coalición CiU-PSC, o incluso arrimarse a ERC y tensar la vía soberanista. La cuarta opción de Mas, con acuerdo o sin acuerdo sobre el nuevo modelo de financiación, sería convocar elecciones anticipadas en 2013 para tratar de lograr la mayoría absoluta.