El juez del caso Urdangarin impide que una modelo se presente en la causa
Castro aborta el intento de quien dice que fue violada para implicar a la Casa Real.
El Juzgado de Instrucción número 3 de Palma de Mallorca ha vivido uno de los episodios más surrealistas desde que en noviembre estallara el caso Urdangarin. Tan surrealista que incluso ha provocado un tremendo enfado al siempre tranquilo juez José Castro. El magistrado ha cortado de raíz los nuevos intentos de una modelo que hace llamarse ‘Soraya’, y que asegura que fue violada por un príncipe saudí socio del duque de Palma, para personarse en la causa como acusación particular y, de paso, intentar abrir un nuevo y espinoso frente con la petición del interrogatorio de Corinna zu Sayn-Wittgenstein, la empresaria alemana amiga del rey y que, según la modelo, también participó en los negocios de Iñaki Urdangarin y el príncipe denunciado.
El pasado lunes, Castro, en una providencia, resumió en dos palabras el concepto que le merecían las maniobras de la mujer y su familia para entrar en el caso Urdangarin: «jurídicamente aberrantes». Solo días antes había recibido en su juzgado los escritos de ‘Soraya’ y de su madre, en los que ambas, pero por separado, pedían personarse como acusación otra vez, después de que el juez reclamara que explicaran qué «perjuicio» tenían ellas en el caso Nóos.
El abogado Max Turiel en sus, cuanto menos heterodoxas respuestas, intenta justificar su presencia en este sumario por el hecho de que su cliente denunció haber sido violada en agosto de 2008 en un yate amarrado en Ibiza por el príncipe saudí Al Walled Bin Tafal, un proceso que ha sido archivado por la justicia tras varios recursos de la joven. Walled, siempre según ‘Soraya’, posee el 30% de Mixta África, una constructora en la que los duques de Palma, a través de su inmobiliaria Aizoon, tienen un 0,09%.
Con ese único argumento, la modelo pretende ser acusación porque, según arguye su letrado, las relaciones del príncipe con la Casa Real española estarían detrás del carpetazo a la investigación de la denuncia por los supuestos abusos sexuales.
Este enrevesado relato de tintes conspiratorios ya es demasiado para un magistrado que en las últimas semanas creía haberlo visto casi todo. El juez admite que ‘Soraya’ y su abogado tienen todo el derecho a «poner en tela de juicio» que la Fiscalía y el Juzgado no hicieran una «instrucción fiable», pero recuerda a los recurrentes que en el tema de la violación «ya agotaron cuantos recursos estuvieron a su alcance» y que «en modo alguno» esos reveses judiciales «les autorizan a derivar hacia órgano jurisdiccional ajeno (su juzgado) la competencia» sobre el tema de la violación. Porque ni el sumario Nóos ni el juzgado de Palma, explica en su escrito, puede entender sobre ese asunto «bajo absolutamente ningún parámetro jurídico».
Sobre las acusaciones de conspiración de las más altas instituciones del Estado para enterrar la denuncia sobre la violación, Castro ni siquiera entra al trapo.