Jornada sin enfrentamientos pero con cortes en la A-66 y en la Montaña Central
Sin manifestaciones ni concentraciones programadas en la provincia, la batalla en defensa de la minería se jugó ayer en las carreteras. De nuevo, un grupo de mineros saltó al asfalto interrumpiendo el paso de vehículos en varios puntos concretos de El Bierzo y la Montaña Central. En la comarca berciana eran más de 200, pero sólo unos pocos cortaron el tráfico en la A-6 a la altura de San Román de Bembibre, en Las Ventas de Albares (Torre del Bierzo) y también en Columbrianos. Además, el corte se hizo extensivo a la N-VI, también en el Bierzo Alto. A primera hora de la mañana un grupo de piquetes impidió el acceso a las centrales térmicas de Anllares y Compostilla. En Cubillos del Sil, los GRS de la Guardia Civil deshicieron el nudo dos horas después de su inicio. Por eso, las protestas más radicales se escribieron en la calzada.
Daban las 11.50 cuando los mineros llegaron a las inmediaciones de la A-6 tras atravesar Bembibre cargados con neumáticos y hasta con pacas de hierba seca que sirvieron también de barricada. En cuestión de segundos y ante la mirada fija de los agentes de Tráfico —que en ningún momento intervinieron— una intensa humareda negra lo envolvió todo, borrando el horizonte de los vehículos que se vieron afectados en ambos sentidos. El corte duró poco más de 20 minutos, hasta que el caucho de las ruedas se consumió y el personal de mantenimiento de carreteras limpió la calzada.
Al grito de «así vamos a ganar el pan, así», los mineros —a rostro cubierto y más celosos con su identidad que en ocasiones anteriores debido a las últimas detenciones— volvieron a la autovía. Se echaron sobre un camión obligando a su conductor a atravesarlo en la calzada y le quitaron las llaves. Lo mismo hicieron con un segundo vehículo pesado y con la furgoneta de mantenimiento. Esto en el kilómetro 371, a la salida de Bembibre. Pero, simultáneamente ocurrió lo mismo en Las Ventas, en el punto kilométrico 365.
Los mineros camparon a sus anchas por la zona, nunca muy lejos de la autovía, hasta que llegaron los antidisturbios tras más de dos horas de acción. No hubo enfrentamientos ni disputas tipo pese a que los mineros se quejaron en reiteradas ocasiones del trato que están recibiendo de parte de estos. «Nos tratan como a perros». La acción de los GRS se limitó a controlar la zona, a patrullar.
En la Montaña Central, los primeros cortes llegaron en la N-630, a la altura de La Robla, con neumáticos quemados en la calzada. Tras dejar allí la barricada, que mantuvo el tráfico cerrado una hora, se trasladaron a La Vid de Gordón, en donde el corte se prolongó durante casi dos horas.
La incidencia en el tráfico fue escasa, ya que la Guardia Civil informó a los conductores de los desvíos alternativos. Los mineros quemaron gran cantidad de neumáticos y lanzaron piedras, incluso al paso del Alvia por la zona, al que lanzaron piedras, en lo que constituyó la única incidencia en un corte de tráfico con importante presencial policial.