Del Blanco lamenta el desinterés que mostró Rajoy por el problema minero

El senador socialista leonés Ibán García del Blanco, que el martes en la Cámara alta se acercó a Rajoy para entregarle un casco de minero, asegura que lo que más le duele es que el presidente del Gobierno no aparentase respeto por el sector y que actuase como si el problema de la minería «no fuera con él».

El senado señaló a Efe que Rajoy no se molestó ni en aparentar respeto por un sector con «miles de familias en vilo». «Están las cuencas incendiadas y tenemos un presidente que prácticamente no hace referencias al carbón».

García del Blanco explicó que antes de que los servicios de seguridad le apartaran del escaño de Rajoy, tuvo tiempo para decirle que era senador por Castilla y León y que tomara personalmente la dirección de las negociaciones porque el Ministro de Industria, José Manuel Soria, «ni conoce el sector ni tiene sensibilidad con él».

«Le dije que había miles de familias que dependían de eso y que necesitaban una solución en unos pocos días. Y hasta ahí llegué, porque en ese momento me arrancaron de allí tirándome del brazo y ya no pude contar nada más», relata.

«Ya, ya»

Lamenta que mientras hablaba con Rajoy el presidente mirara hacia otro lado y ojeara cosas y recalca que lo único que le respondió fue «ya, ya» y «bien, bien». «A mí eso me decepcionó mucho más allá de lo que pueda pensar por su posición ideológica. Yo eso lo respeto, no lo comparto y lo combato», añade.

Por otro lado, el grupo socialista instó por carta ayer al presidente del Senado, Pío García Escudero, a que aclare la presencia de una escolta del presidente del Gobierno en el interior del hemiciclo. La petición del PSOE intenta aclarar el incidente surgido con Ibán García del Blanco. El PSOE asegura que «una funcionaria de Policía, aparentemente al servicio del señor Rajoy, que apartó al senador tomándole del brazo».

El grupo socialista dice estar perplejo ante el hecho de que una agente «que no pertenece presuntamente a la comisaría de la cámara actúe dentro del Senado y, de manera especial, en el salón de sesiones». A pesar de la situación vivida por García del Blanco, el grupo socialista reconoce que «la actuación, aunque del todo incorrecta, no se produjo de forma violenta».