Diario de León

El superministro de Defensa saudí

España confía en sus buenas relaciones con el príncipe Salman bin Abdelaziz para poder cerrar la venta de 250 tanques por valor de 3.000 millones de euros.

El príncipe Salman bin Abdulaziz Al-Saud, en su encuentro con Mariano Rajoy.

El príncipe Salman bin Abdulaziz Al-Saud, en su encuentro con Mariano Rajoy.

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ander azpiroz | madrid
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Los petrodólares abren cualquier puerta y más aún en un momento de crisis. Así se explica que el ministro de Defensa de Arabia Saudí sea recibido con los máximos honores militares y se llegue a entrevistar en solo dos días con el rey, el presidente del Gobierno, su homólogo español, y el ministro de Asuntos Exteriores, una deferencia que no se tiene con ningún otro ministro de Defensa.

El interés por agasajar al príncipe Salman bin Abdelaziz no es baladí. De él depende que España cierre el mayor negocio militar de su historia, la venta de cerca de 250 carros de combate Leopard por un valor cercano a los 3.000 millones de euros. Pero estrechar lazos con el príncipe puede ser aún más beneficioso en un futuro. A sus 75 años, Salman bin Abdelaziz está considerado el segundo en la línea de sucesión saudí en caso de fallecimiento del Rey Abdullah, de 88 años. Solo el ministro del Interior Nayef bin Abdul Aziz se interpone en su camino hacia el trono, pero éste, de 79 años, ha debido viajar dos veces a Estados Unidos en los últimos meses para someterse a tratamiento médico por lo que se especula con su estado de salud.

Occidente no puede ver con mejores ojos que sea el ministro de Defensa quien asuma la corona arábiga cuando fallezca el rey Abdullah, puesto que representa el sector más progresista dentro de la ultraconservadora aristocracia del país. El ministro de Defensa saudí mantiene la afición por Marbella que mostrase en su momento el difunto rey Fahd y se ha dejado ver en la localidad malagueña con asiduidad. Además, sus relaciones con la Familia Real española se consideran excelentes.

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