Gibraltar aclama a su familia real con muestras de afecto
El príncipe Eduardo con su esposa, Sophie Rhys-Jones.
El hijo menor de Isabel II aprovechó su estancia en la colonia para inspecionar las instalaciones de la Armada británica en el enclave, presenciar una exhibición aérea y asistir a un desfile en homenaje a la reina. Esta apretada agenda del conde de Wessex y su esposa, Sophie Rhys-Jones, se vio jalonada una vez más por las multitudinarias muestras de afecto de la población del Peñón.
El ministro principal de Gibraltar, Fabian Picardo, ha puesto toda la carne en el asador para que la estancia del príncipe Eduardo y su mujer se convierta en una muestra inequívoca del sentimiento de pertenencia de los gibraltareños al Reino Unido, frente «a los continuos ataques que sufren por parte de España», según denunció el lunes.
Mientras tanto, las autoridades españolas mantuvieron ayer el silencio en torno al viaje del príncipe Eduardo, y hasta el momento el malestar causado se limita a las palabras expresadas días atrás por el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, que lo calificó como «desafortunado en tiempo y forma».