Diario de León

león lucha por la minería. Una sola voz para llegar a Madrid

No quieren que caminen solos

. El trayecto de los mineros entre Tremor de Arriba y Valdesamario dejó un montón de héroes del día . . Los bercianos dormían anoche alojados por el Ayuntamiento en un pabellón tras una jornada calurosa.

Los mineros, vistos desde el templete de las fiestas de Espina de Tremor, cantándole «Santa Bárbara Bendita» a la Virgen. El pueblo les recibió con refrescos y un avituallamiento tras subir una pendiente del 9%.

Los mineros, vistos desde el templete de las fiestas de Espina de Tremor, cantándole «Santa Bárbara Bendita» a la Virgen. El pueblo les recibió con refrescos y un avituallamiento tras subir una pendiente del 9%.

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FIDALGO
León

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Si hubiera que escribir un parte de guerra de la segunda jornada de la tercera Marcha Negra, ramal de Bembibre a Riello de Omaña, los héroes del día podrían ser cuatro: un ex minero minusválido desde hace cuarenta años porque le pilló una pierna un cabestrante, un padre que no quiere dejar sólo a su hijo, un hijo que no quiere dejar sólo a su padre, y una esposa que está decidida a caminar hasta Madrid junto a su marido.

El ex minero manco tiene 61 años, se llama Toribio Cancillo , es el alcalde pedáneo de Almagarinos, en la cuenca minera del río Tremor, y ayer caminó con muletas los diez últimos kilómetros de la etapa de 24 entre Tremor de Arriba y Valdesamario. Fue emocionante ver cómo los 24 mineros del Bierzo que hoy se unirán a sus compañeros de Laciana en Riello, y los dos suplentes, y los seis voluntarios de la Cruz Roja que les acompañan, y un puñado de vecinos de Valdesamario, y los familiares de los caminantes, recibían a Toribio al acabar la etapa con un rotundo aplauso. Y Toribio, que después del accidente en Mina Alba emigró a Holanda y diseñó cocinas de piedra antes de volver a Almagarinos, y además ha superado un cáncer, no sabía qué decir, a las puertas del Ayuntamiento de Valdesamario.

El padre que no quiere dejar sólo a su hijo se llama Ovidio Blanco , tiene 59 años, también fue minero y vive jubilado en Almagarinos. Ovidio tiene a su hijo Leandro Blanco , de 33 años, en la marcha y está deseando que le dé un nieto. Pero Leandro, contábamos el sábado, no se atreve porque sabe que no es el mejor momento para que un minero tenga un hijo. «Hasta León voy a dormir a casa pero después, dormiré donde duerman ellos», decía ayer en un alto en el camino, en Espina de Tremor.

El hijo que no quiere dejar sólo a su padre sólo tiene dos años, se llama Héctor Martínez , y ayer, a la entrada de Valdesamario, se echó a sus brazos desde los brazos de su madre, Andrea Rodríguez , cuando lo vio llegar al frente de la marcha. El padre de Héctor se llama José Luis , tiene 40 años, otros dos hijos mayores de un matrimonio anterior y trabaja en el pozo Santa Cruz, donde siete compañeros cumplen hoy 35 días encerrados.

La esposa que está decidida a caminar hasta Madrid con su marido se llama Marta Álvarez y tiene dos hijos de 15 y 13 años con Pedro Leite , que ya estuvo encerrado hace dos años en el pozo Casares, en Tremor de Arriba. Marta, que estos días también está yendo a dormir a su casa, explica mientras la marcha sale Murias de Ponjos, donde todos han comido un bocadillo en la nave de la Junta Vecinal, de dónde le viene a su marido el mote de Guardiola . «Se lo puso una periodista en el encierro de Casares». Y enseña al periodista, orgullosa, una fotografía de su marido donde, efectivamente, Leite se parece al ex entrenador del Barcelona.

Pero una marcha de 24 kilómetros bajo el sol de Omaña deja muchos más nombres y apellidos detrás. Los mismos apellidos portugueses, Teixeira Da Costa comparten tres hermanos. Dos, Víctor Manuel y Martín , son mineros y caminan a Madrid para defender su puesto de trabajo con la camiseta verde de los afiliados a la UGT. El tercero no es minero, se llama David , y les acompaña, al menos hasta hoy, porque es el conductor de la ambulancia de la Cruz Roja que cierra el grupo. A las puertas del polideportivo donde los vecinos de Tremor de Arriba les acomodaron para pasar la noche del viernes al sábado y antes de empezar la caminata a las diez de la mañana, los tres hermanos de origen portugués enseñaban una bandera española adaptada al conflicto minero. Y si hay que destacar a alguno de los tres, en el parte de heroicidades del día, habría que citar, seguro a Martín, que camina a pesar de sufrir una psoriasis —una enfermedad crónica que inflama la piel y produce lesiones escamosas, es hereditaria, pero no contagiosa— que le obliga a estar muy pendiente de los pies.

En el amplio parte del día, también deberían aparecer, además de David Teixeira, los otros cinco voluntarios de la Cruz Roja provincial que ayer acompañaron a la marcha. Junto a David, Laura Exposto y Patricia de Castro , partieron el viernes con la marcha desde Bembibre, donde residen. Y siendo los tres hijos, hermanos, hermanas de mineros, el esfuerzo de los 24 caminantes, y sus dos suplentes, les está tocando la fibra sensible hasta el punto de que Laura y Patricia se han hecho también un montón de kilómetros con ellos en las dos jornadas. Laura, además tuitea cada paso que dan. Otros tres voluntarios venidos de León, Laura de las Matas , Victoria García y Alfredo Mayo , estuvieron ayer con los mineros, pero no tuvieron todavía excesivo trabajo. Quizá sea Carlos Casado , minero de San Andrés de las Puentes, el que tenga los pies más doloridos, con ampollas que de momento no le están impidiendo caminar a buen paso por las cuestas de Tremor a Espina de Tremor y por el semillano de Omaña.

En un parte como el de ayer también tienen que figurar los vecinos de los pueblos del camino. Los de Espina de Tremor, que prepararon el avituallamiento, los de Murias de Ponjos, que cedieron un lugar donde comer, o los de Valdesamario, que junto a su alcalde, José Diez , y Luis Arias , del Instituto de Estudios Omañeses —pidió a los mineros que no olviden «las falsas promesas de Sabero»— se encargaron de dar de cenar a los mineros, de prepararles un chocolate, alojarles en un pabellón y ponerles un televisor en la calle, en plenas fiestas de San Juan para que vieran el partido de fútbol de la Eurocopa.

Una mención especial debería ser, sin embargo, para las mujeres de Espina de Tremor, el último pueblo minero del Bierzo, muchas de ellas esposas y viudas de trabajadores del carbón, como Perpetua Martínez , de 82 años y sonrisa que hace honor al nombre que lleva, o Araceli García , o Pamela González , por citar a tres de ellas, que junto a Salvino Blanco esperaban a los caminantes recordando historias de la mina Carbonífera y del resto de chamizos que daban de comer a un pueblo donde hoy la persona más joven tiene 49 años. Y en Espina, donde las cosas han cambiado tanto que no ha nevado el último invierno, había rosas en diciembre y las piornas tenían flor, Perpetua deja por un momento su sonrisa para decirle al periodista que «el pueblo está muerto, o casi».

No son menos héroes, aunque no caminen, los dos suplentes. «Habla de ellos, que su trabajo es el más engorroso y del que nunca se dice nada», le pide al periodista Belarmino Bernárdez , minero del pozo Santa Cruz que tiene madera de líder y se le ve en cuanto abre la boca. Los suplentes, que están al quite desde la furgoneta escoba por si acaso Casado tuviera que pararse son Tomás Da Silva y Ezequiel Caride , que llegando a Valdesamario se encarga de advertir a otro de los líderes del grupo, Rubén Fernández , de la ejecutiva provincial de CC.OO, de la gesta de Toribio Cancillo, el último de todos con sus dos muletas. «Hay que aplaudirle», dice para que se corra la voz. Y vaya si le aplauden.

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