El fuego fuera de control obliga a miles de desalojos en Valencia
Una nube de humo y ceniza cubre la provincia y el olor a quemado inunda la capital.
Dos miembros de la UME intentan controlar el fuego en uno de los focos de Carlet.
El desastre de los incendios que azotan las provincias de Valencia y Castellón ha calcinado ya unas 50.000 hectáreas pertenecientes a una veintena de municipios, según fuentes no oficiales. Las columnas de humo son visibles desde el espacio, tal y como queda patente en unas fotografía tomadas por uno de los satélites de la Nasa. Miles de vecinos han sido desalojados de sus hogares desde el pasado jueves. Una enorme nube de humo cubre el cielo desde la comarca de La Ribera, al sur de Valencia, hasta la zona de Sagunto, al norte de la ciudad. Una humareda que obliga a cortar 14 carreteras y a desplazar a los vecinos afectados.
El incendio iniciado en Andilla ha avanzado prácticamente el doble en tan sólo unas horas y el constante cambio de viento unido a las altas temperaturas están dificultando la posibilidad de hacer «contrafuegos» para evitar el avance del mismo. Según fuentes de la Unidad Militar de Emergencias, en «el corto espacio de la noche del sábado» el incendio de Andilla avanzó notablemente y a pesar del esfuerzo que se está haciendo por controlarlo, las circunstancias lo están impidiendo. Un portavoz del Centro de Coordinación de Emergencia detalló que en la zona trabajan 22 medios aéreos y 1.700 terrestres para intentar atajar este fuego que se originó el pasado jueves por una negligencia en Cortes de Pallás. La tan esperada lluvia —prevista para ayer— para ayudar a la extinción de los dos incendios que azotan la Comunitat resultó ser traicionera. Un rayo provocó un nuevo incendio en las inmediaciones de la zona residencial de Nord Palància, en la localidad valenciana de Sagunto. No osbtante, la propia lluvia fue atenuando el fuego. Hasta allí se han desplazado bomberos de Sagunto y brigadistas de Bétera que consiguieron controlarlo en poco más de dos horas.
El peor fuego en 21 años
La estrategia de extinción de los peores fuegos registrados en la zona desde hace 21 años se centra en tres puntos: crear una zona de protección para que el fuego no se adentre en la Calderona, frenar el fuego con medios aéreos y terrestres en la localidad de Higueruelas y evitar que las llamas se dirijan hacia las poblaciones de Llíria y Casinos.
La situación sobre el terreno es muy compleja y unas 2.000 personas luchan contra las llamas. La Unidad Militar de Emergencias (UME) considera «difícil» controlar los focos. Un portavoz de esta unidad explicó que aunque los 900 militares que han enviado a la zona están trabajando para evitar que el fuego siga avanzando, las circunstancias no están ayudando porque «el viento cambia constantemente de dirección y la temperatura es alta». «Es bastante difícil arreglar la situación», considera la UME, que junto a los efectivos, ha enviado a la zona cincuenta autobombas y 250 vehículos, de los que 14 son nodriza.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, antes de partir hacia Kiev para presenciar la final de la Eurocopa, telefoneó al presidente de la Comunidad Valenciana, Alberto Fabra, para ofrecerle toda la ayuda del Estado para la extinción de los incendios que están afectando a la región. El Rey también se interesó por la evolución de los acontecimientos.
El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, viajará hoy a la zona, donde aún no ha acudido ningún miembro del Gobierno, lo que ha provocado críticas en Valencia.
Otro incendio declarado ayer en el término municipal de Hellín (Albacete), en las estribaciones de la Sierra de los Donceles, obligó a desalojar la pedanía de Las Mina, en la que viven 200 personas, y llegó hasta la provincia de Murcia.