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león lucha por la minería Las caras de la reivindicación

Caos sobre la A-6 en Pereje con refriega minera

Jornada tranquila en Ciñera, con dos horas de corte de vías sin incidentes.

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M. Félix / M. Muñiz | Ponferrada / ciñera
Ponferrada

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Cambio de escenario para la batalla campal. Los mineros del Bierzo sorprendieron ayer a los antidisturbios trasladando a cerca de la frontera con Galicia las movilizaciones. Hartos de cortar la autovía del Noroeste en los mismos puntos de San Román de Bembibre y Villamartín de la Abadía, se fueron a Trabadelo y desde las ocho y media de la mañana crearon el caos circulatorio durante horas en Pereje, a la altura del kilómetro 412 de la A-6. También cortaron la paralela Nacional VI. Por la tarde cambiaron igualmente de táctica, jugando al despiste con los GRS al cortar el tráfico en un pueblo eminentemente minero, Matarrosa del Sil (Toreno).

En el pequeño pueblo de Pereje (Trabadelo) —acostumbrado a la paz y al paso de peregrinos— nunca habían visto tantos cohetes lanzados de una vez. Eran cohetes de fiesta, pero empleados por los piquetes para las refriegas intermitentes que vienen manteniendo con los antidisturbios. Esta vez tampoco iban dirigidos al cielo, sino de frente contra los efectivos de la Guardia Civil, quienes contestaron con lanzamiento de pelotas de goma y botes de humo para desalojar de la autovía a los aproximadamente 80 mineros.

Antes del cruce de munición entre las dos partes, los mineros arrancaron casi trescientos metros de bordillo de piedra colocado junto a la mediana de la A-6. Piedra que arrancaban, piedra que quedaba dispersa por el asfalto, creando un reguero a modo de barricada para impedir el paso de los vehículos. Además, también obligaron a un camionero que llevaba para la cementera de Cosmos cenizas de carbón. De igual forma, el piquete cortó árboles con motosierra, los lanzó sobre la autovía y quemó neumáticos. La columna de humo era perceptible en el encajonado valle del Valcarce. Finalmente la carga de los GRS hizo que los mineros salieran corriendo por el monte en todas direcciones, hacia Villafranca o hacia Moral de Valcarce. Las colas de vehículos en ambos sentidos fueron importantes.

Mientras en Ciñera la jornada transcurrió con tranquilidad. Hacia las 12.00 horas un grupo de mineros cruzó un camión en la carretera y colocó quitamiedos y palés en las vías del tren. Un numeroso grupo de antidisturbios se apostó en los alrededores del pueblo, pero sólo algunos agentes se hicieron presentes en las entradas del pueblo. Apenas se intercambiaron voladores y pelotas de goma, pero en el monte. Dos horas después devolvieron las llaves al paciente camionero, al que despidieron con una ovación, y las vías quedaron liberadas.