Diario de León

león lucha por la minería. Combatientes mineros en tierra comunera

Llegan los héroes del carbón

Los segovianos reciben con esperanza a los mineros en San Rafael, a los 410 kilómetros de marcha . . La columna de León, Asturias y Palencia se adentra hoy en Madrid por el túnel de Guadarrama.

La etapa de ayer se caracterizó por el calor y continuas subidas y bajadas en la carretera N-VI entre Villacastín y San Rafael (Segovia).

La etapa de ayer se caracterizó por el calor y continuas subidas y bajadas en la carretera N-VI entre Villacastín y San Rafael (Segovia).

Publicado por
Ana Gaitero Alonso. Texto | Norberto Cabezas. Fotos.
León

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«Aquí están, estos son, los héroes de la nación». Los mineros del norte desatan las emociones a su paso. Y son recibidos como héroes en San Rafael (Segovia). Los héroes del carbón en tierra de héroes comuneros. Los mineros insisten en que «somos normales y corrientes. Venimos a pedir el pan y punto. Nada más», afirma Marcos Flecha .

Dan las 12.30 horas y acaban de cubrir otros 22 kilómetros del trayecto a Madrid por la N-VI desde Villascatín. Cinco horas de subidas y pendientes. La sierra se toca con los dedos. Aprieta la calor, 28º C, y sus pies arrastran el dolor y las heridas de 410 kilómetros de caminata.

«Están con ánimo porque ya están cerca», asegura María Jesús Ordás , de Caboalles de Arriba, madre de uno de los mineros que participan en la III Marcha Negra. Secundino Rodríguez , hijo de minero, ha tenido a su familia y a su novia, Nuria Menéndez , muy cerca durante toda la Marcha Negra. Son sus vacaciones porque, como dijo el joven huelgas, no para las vacaciones»

«¡Son los héroes de España!», insiste una mujer. «¿Tú crees que somos héroes?», pregunta Pititi , el que lleva escrito en su casco: «No vale con serlo, hay que parecerlo». Pititi es Carlos Vega , de Ciñera, a quien lo que más le importa en este mundo es su hija. Y Valeria le acompaña desde que salió de Villablino con su «Te quiero».

Un helicóptero de la Guardia Civil vigila los pasos de los ‘héroes’ desde el cielo desde poco después de salir de Villacastín. «Nos cuidan, nos quieren», se ríen mirando hacia arriba los mineros que la gente ve como héroes. «Con lo que se gastan en combustible y en pagar a los pilotos... se arreglaban otras cosas», comenta José María Casielles , uno de los jubilados que ayuda en las tareas de avituallamiento al pelotón de mineros del norte.

El mayor, 52 años, un hombre reservado. Es José Luis Fernández , de Torre del Bierzo. El más joven, Giovanni Blanco , de 24 años. Un chaval que entró para cubrir el puesto de Carlos Miñambres , que tuvo que retirarse por una tendinitis.

Los mineros no quieren ser héroes, quieren que se les escuche. No quieren guerras. «La guerra no es contra los GRS ni la Guardia Civil. Ellos hacen su trabajo y nosotros el nuestro. El que nos intenta matar es el ministro y el Gobierno. Llevamos mes y medio y ya es hora de que intente una solución», insiste Pititi . Pero es escéptico: «No creo que el ministro Soria sepa dónde están las minas».

Vuelve el verde

El paisaje cambia. «Menos mal», dice Jesús Menéndez , uno de los Madreñas , de Cuevas del Sil. «Pasar por Castilla es el desierto, aquí se ve algo verde», añade. «¿Serán brotes verdes?», se ríe. No lo cree. «Hay ríos sin agua en esta tierra», afirma sorprendido. Su compañero de fila y primo, Javier Menéndez , Piki , no lo ve claro. «En la otra marcha (2010) podríamos haber parado en cualquier parte, porque había noticias de reuniones, aquí no; llegaremos a Madrid y pondrán un parche o acabaremos en guerra».

Este minero siente el apoyo de las cuencas y de las gentes que se acercan cuando llegan al destino de la III Marcha Negra. Pero no ve tan claro el apoyo de la ciudadanía leonesa: «El dinero del valle de Laciana se queda en León y en Ponferrada, que allí no tenemos centros comerciales. Ellos irán detrás», advierte.

Los mineros esperan mucha gente a su lado, de todas partes y de todos los sectores. Decenas de miles. «Cuando llegue a oídos de Merkel va a empezar a decir a ver qué hace Rajoy con todo el dinero que le dan». «La razón está de nuestra parte, pero tenemos que convencer a la sociedad de que lo que pedimos es que se cumpla el plan del 2012», afirmó Maximino García , secretario de la Federación de Industria de Comisiones Obreras en Asturias durante la asamblea que celebró con sus afiliados en los pinares que rodean el polideportivo de San Rafael.

Los mineros van a entrar en la capital el 10 de junio. Con sus lámparas mineras para iluminar Madrid, desde la Ciudad Universitaria hasta la Puerta del Sol. Y al otro lado del Guadarrama se preparan numerosos grupos de apoyo para su recibimiento. «Los combatientes del norte», llaman a los mineros en un foro de Izquierda Anticapitalista que les espera hoy al otro lado del Guadarrama. Preparan un encuentro entre vecinos y mineros para que la gente conozca «de primera mano» sus reivindicaciones.

Los mineros no traen carbón. Siembran esperanza a su paso. Y atraen tras de sí a colectivos que se sienten maltratados. Ayer se acercaron a apoyarles y pedirles su apoyo los vecinos de un pueblo de Segovia, Navas de Oro, situado a 60 kilómetros de San Rafael. «No a la eliminación de los centros de día», reza su pancarta.

«Enseñanza, sanidad, minería... Juntos venceremos», grita una de las militantes de Comisiones Obreras de Segovia que acompañaron a los mineros. El pelotón de apoyo a los mineros gritaba a su paso por la calle principal de San Rafael: «Más carbón y menos represión» y los mineros respondían la consigna conocida: «¡Carbón español, carbón español!»

Los mineros entran hoy en Madrid atravesando la sierra por sus entrañas. Por el túnel de servicio de la autopista en Guadarrama. Hoy amanecerán en una galería de cerca de tres kilómetros. Casi la misma distancia que separa a los mineros encerrados en el pozo Santa Cruz de la luz del día. Belarmino Bernárdez, el hombre de los 18 pies, los lleva en su camiseta y en su casco.

La gente del pueblo se emociona. Preguntan de dónde vienen y cuántos son. «Es muy duro. Hoy todos tenemos hijos en el paro y ellos salen a luchar por lo suyo», comenta una vecina. Que se lo pregunten a las mujeres de los mineros que han venido a apoyar la marcha con una expedición del Occidente asturiano.

Mujeres indignadas

«Indignación es la palabra. Tanto luchar para que se pierda todo», afirma Marta Díez Benéitez , nacida en Villablino y casada con un minero de Ibias e hija de un minero, Manuel Díez García , que hizo la Marcha Negra en 1992. «He visto la lucha toda la vida», afirma Sandra Vázquez Antón , de Villar de Santiago. Su padre, Juan Simón Vázquez , fue otro de los 500 mineros que en 1992 tomó Madrid en defensa de la difunta MSP. También vive en Tormaleo casada con un minero.

«Es injusto que se gasten un dineral en antidisturbios y no ayuden a la minería, que no cumplan lo que ya está firmado», dicen las mujeres. Y defienden a los suyos frente a la imagen que se está extendiendo de los mineros: «Se los está criminalizando y mira lo que están haciendo. Me he emocionado al verles», agrega la hija de Manuel .

Las mujeres defienden el carbón con uñas y dientes. «Los pueblos ya van al carajo y con esto más. De los fondos mineros no vimos nada y ahora nos cierran esto pero tampoco dan alternativas», apunta Sandra Vázquez, maestra de infantil en Tormaleo. Sus niños son los más pequeños pero saben que algo no va bien y que un señor llamado Rajoy tiene la culpa. «Han hecho dibujos de sus papás en la mina.

«En mis hijos veo reflejado lo que yo era cuando mi padre marchó», indica Marta . La sangre minera fluye entre el occidente de Asturias y el noroeste de León. «Estamos a un paso de León y Galicia y estamos en el mapa», dice Isabel López del concejo de Ibias. Su marido, Javier Lago Rodríguez , se incorporó a la marcha hace unos días, en sustitución de Pepe, que tuvo que irse por problemas personales. Sus compañeros le recuerdan con una frase que se repite en los chalecos verde fosforito: «¡Ánimo Pepe !».

«Yo voy de refresco, pero la gente se piensa que ir de marcha es un paseo. Pero yo les veo con los pies desarmados y con el objetivo de llegar y cumplir, de luchar», subraya el minero.

Ya está todo dicho, afirma Manuel Ancares , minero jubilado y presidente de la parroquia rural de Cerredo (Asturias) donde trabajan mineros leoneses y viven leonesas casadas con mineros asturianos. Tiene una idea para presionar al Gobierno: «Hace falta que los alcaldes del PP pasen a la acción. No basta con buenas palabras. Llegó la hora de los hechos. El nuestro está de vacaciones. Que pasen al grupo Mixto y tirén su carné. Que copien de Morano, ese senador de León». Dicho está.

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