Rajoy apremia a la UE y a las comunidades a ejecutar reformas ante una semana crítica

«Voy a hablar de Europa porque es donde estamos y porque es donde se decide una parte importante de nuestro futuro; esta es una novedad importante de los últimos años», arrancó ayer Mariano Rajoy su intervención en la clausura del campus de verano de la Fundación Faes. Ante la perspectiva de una nueva semana de infarto —la prima de riesgo llegó el viernes a los 563 puntos y el bono a diez años roza un insostenible 7%— el presidente del Gobierno apeló a la UE para que actúe con «la misma energía y rapidez con la que muchos Estados están tomando decisiones» y a las comunidades autónomas para que asuman que deben «hacer más».

Los acuerdos alcanzados en el último Consejo Europeo lograron apaciguar a los mercados hasta que el jueves el Banco Central Europeo echó por tierra cualquier expectativa de compra de deuda de los países que, como España, tienen cada vez más difícil lograr financiación exterior. «¿Qué ha pasado? —apuntó Rajoy, sentado con el ex presidente del Gobierno y presidente de Faes, José María Aznar—: Que hemos alcanzado acuerdos importantes, pero lo que determinará su verdadero éxito es que cuajen en decisiones ágiles y palpables».

No parece que vaya a resultar fácil. Berlín y Bruselas han dejado claro que no están dispuestos a correr para avanzar hacia las prometidas unión bancaría y unión fiscal que sitúan en el umbral del 2014. Eso enfría las expectativas de que el rescate europeo a la banca española vaya a ir directamente a las entidades en apuros sin pasar por el Estado, pero el presidente del Ejecutivo no se resigna y pretende que al menos se fije un calendario que acorte los plazos y otorgue certidumbres sobre lo que él llama la «irreversibilidad» del euro.

Esta semana tendrá varias ocasiones para presionar en esa dirección. Mañana se reúne el Eurogrupo y el martes el Ecofin. Pero es de esperar que en ambos encuentros sea España la que reciba a su vez un nuevo apretón de tuercas encaminadas a forzar más medidas de austeridad, porque los datos conocidos hasta ahora indican que España va por mal camino para cumplir el objetivo de déficit del 5,3%. Rajoy ya dejó claro que está dispuesto a tomarlas. «Tener cuentas saneadas, gastar bien, gastar sólo lo que tienes es una prioridad nacional», subrayó.

En principio, dará una pincelada de lo que está por venir en el pleno extraordinario que el Congreso celebra el miércoles. Si cederá a las presiones europeas para subir el IVA, meterá la tijera a las prestaciones por desempleo o congelará las pensiones está aún en el aire. «Podría no hacer recortes y diseñar unos presupuestos con grandes partidas de gasto —dijo pronunciando de manera excepcional una palabra que el Ejecutivo suele sustituir por reformas— pero si luego no pudiera financiarlo no podría hacerles frente». Hizo hincapié en los problemas de España para obtener financiación en los mercados; una situación que afecta al Estado y a las comunidades autónomas