gasto público en tiempos de crisis
Adif paga alquileres por sus sedes de León pese a tener edificios propios abandonados
La entidad ‘olvida’ que espacios de 1.500 metros cuadrados en el entorno ferroviario llevan 20 años vacíos .
La llegada de la alta velocidad a León se ralentiza por la falta de presupuesto y los servicios entre ciudades se recortan, pero Adif y Renfe, ambas dependientes del Ministerio de Fomento, soportan gastos y una estructura administrativa y organizativa desproporcionada en tiempos de severos ajustes del gasto público. Sólo en la capital leonesa, Adif tiene al menos tres edificios semivacíos o abandonados en propiedad mientras continúa pagando alquileres por sedes, algunas tan discutibles en estos momentos como la que coordina desde la quinta planta del edificio Reyes Leoneses las operaciones del corredor Noroeste, prácticamente paralizado, y por la que Adif desembolsa una cantidad anual que no quiere desvelar. Como referencia, una oficina de 112 metros cuadrados se alquila hoy en este edificio por 900 euros. Adif tiene dos oficinas y dos más Ineco, entidad que se encarga de hacer estudios de ingeniería y economía del transporte y que también depende de Fomento. En todo caso, fuentes del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias subrayan que la cifra de 5.000 euros mensuales por la que le pedía confirmación este periódico «está muy alejada de la realidad, es decir, enormemente inflada», comunicó un portavoz.
Mientras hay espacios en el entorno ferroviario que llevan entre quince y veinte años en desuso, sin contar los nuevos que está generando la reordenación de la zona ferroviaria, Adif y Renfe continúan pagando alquileres en el centro de León por oficinas que, desde el punto de vista operativo, quedan dispersas y descolgadas de la actividad a la que se dedican. Además de las oficinas que Adif sufraga en Eras de Renueva, frente al edificio de la Junta, esta entidad y Renfe comparten edificio en la calle Legión VII, en el entorno de San Marcelo. Estas instalaciones, cuya antigüedad ha obligado a ejecutar varias reformas, se encuentran desplazadas del ámbito de la estación. No en vano, trabajadores de la empresa se desplazan habitualmente entre ambos puntos para trasladar documentación. En su momento, estas oficinas pertenecían a la 7ª Zona de Renfe.
Por otro lado, Renfe ocupa un piso en uno de los mejores portales de la plaza de la Inmaculada. Las oficinas pertenecen a Renfe Mercancías, que también es un operador que queda aislado del entorno ferroviario y del resto de servicios ofrecidos por la entidad.
Frente a ello, el patrimonio ferroviario en el centro de la capital leonesa permanece en estado de semiabandono, decadente. Es el caso de una superficie diáfana de 1.500 cuadrados que Adif tiene en la calle de Astorga, frente a la antigua estación de trenes. El espacio que ocupaba el desaparecido economato para personal ferroviario, totalmente disponible, está hoy cerrado, sin ningún tipo de uso pese a encontrarse en un lugar céntrico y muy cercano al nuevo desarrollo ferroviario de la capital.
El edificio histórico de la estación tampoco está aprovechado en todas sus posibilidades y a pesar de su versatilidad. La primera planta está ocupada por oficinas, algo que podría reproducirse en la planta baja, que antes correspondía al vestíbulo, la cafetería y las taquillas, también en el olvido. Esta parte del inmueble está cerrada desde que el tráfico ferroviario se desvió a la estación provisional. El abandono es evidente en la parte trasera del edificio, donde la maleza ya comienza a borrar el paisaje ferroviario.
Otro de los espacios en propiedad es el denominado edificio del dormitorio, situado junto a la estación. Aquí se encuentran ubicadas varias oficinas, aunque parte del inmueble también está vacío.
Este periódico se dirigió a Adif, titular de las citadas propiedades, para obtener dos respuestas: cuánto paga la entidad por sus alquileres de León y por qué no se da uso a las instalaciones vacías. Ninguna de las dos cuestiones fue resuelta de manera clara. «Adif, al igual que el Grupo Fomento —encabeza la respuesta—, se encuentra en un proceso de racionalización de todos y cada uno de los ámbitos de gestión, incluidos tanto la optimización de ingresos y costes como de los espacios de sus propiedad y los usos de los mismos». En esta línea de trabajo, Adif está realizando un inventario de todo su patrimonio para «darle el mejor destino posible de cara a su máximo aprovechamiento y rentabilización». Por este mismo motivo, los portavoces de la entidad consideran que «es prematuro hablar ahora tanto de los usos futuros de algunas instalaciones como del personal a ubicar en las mismas, dado que no ha concluido el análisis».
En este contexto, el traslado a Valladolid del puesto de control de la red convencional que Adif pretendía levantar en el Centro de Regulación y Control del tráfico en León también deja disponible un amplio espacio en la parte superior de un edificio que no avanza en su construcción.