Becerril se compromete a suplir a los defensores del pueblo autonómicos
Soledad Becerril se convirtió ayer en la primera Defensora del Pueblo de la historia. La ex alcaldesa de Sevilla y miembro del PP se comprometió en su toma de posesión a desempeñar su cargo con «dedicación», en una institución «austera» y a hacerlo con «rigor e independencia».
De igual forma, se ofreció a suplir el trabajo de sus homólogos autonómicos si es que alguna de las comunidades precisa suprimir la institución obligada por la política de ajustes. Becerril se postuló para representar a todos los españoles independientemente de la existencia o no de figuras similares en doce autonomías, que desarrollan su labor en paralelo a la de este cargo nacional creado por la Constitución. Cataluña, Navarra, País Vasco, Andalucía, Canarias, Comunidad Valenciana o Galicia son algunas de las regiones que tienen sus propios defensores del pueblo contra las arbitrariedades de la administración autonómica, lo que en tiempos de crisis es visto por muchos como una duplicidad.
En esta política de recortes, los defensores del pueblo autonómicos se sitúan en algunos casos en la lista de futuros gastos prescindibles y es por ello que Becerril se ofreció a llenar cualquier vacío que pudiera quedar. El primer objetivo de Becerril, puntualizó, «es defender los derechos y las pequeñas libertades de los ciudadanos ante y no frente a las instituciones. Me hago cargo de esta responsabilidad en momentos difíciles».