«Competencia es todo; es bueno mover la economía»
La proliferación de tiendas de segunda mano en la capital leonesa ha causado que muchos comiencen a adquirir artículos usados por poco dinero. Este hecho, que comienza a ser común en estos tiempos de crisis, puede desembocar en la caída de ventas en establecimientos de primera mano.
Sin embargo, los representantes de las asociaciones de comerciantes más importantes de León, como Fele, Aleco y León Gótico, no ven motivos para alarmarse. «Competencia es todo. Aunque son diferentes a la venta tradicional, todo es competencia; si se compra allí, no se hace en un negocio tradicional», explica Alfredo Martínez, presidente del Consejo de Comercio de la Fele; una opinión que coincide con la del dirigente de León Gótico, Juan Dopico. «Los productos de segunda mano son diferentes a los nuevos. Todo es competencia, incluso la tienda que está al lado».
Una idea en la que los tres coinciden es el desconocimiento de la existencia de este tipo de negocios, debido al poco tiempo que llevan en funcionamiento, apenas unos meses. «En otras ciudades existe un mercado importante de estos productos, no tanto en León», manifiesta Juan Dopico.
Para el presidente de Aleco, Javier Menéndez, las tiendas de segunda mano no ocasionan grandes problemas, puesto que «hoy por hoy no son una demanda, ya que se venden camisas muy baratas, entre 2 y 5 euros en el comercio tradicional», explica, pero también matiza que «hay cosas muy íntimas, yo no las compraría. Otra cosa son los intercambios de ropa, que ya se están haciendo». Según Menéndez, «son tiendas que se acercaban más a un público que buscaba ropa ochentera, más snob, aunque ahora la crisis
No obstante, no son contrarios a su existencia. «Todo lo que sea mover la economía es bueno», considera Dopico, aunque, para el presidente de León Gótico «siempre y cuando se especifiquen que son de segunda mano y cumplan las medidas de consumo marcadas por la ley». También advierte de la forma de adquirir dichos artículos: «Es necesario saber cómo se consiguen esos productos, si pagan los impuestos como hacemos el resto».
En cuanto a su futuro, existen opiniones encontradas. «Tal y como están las cosas y la evolución del tema, no creo que tengan mucho futuro. Creo que hay prendas de precios muy asequibles sin tener que recurrir a la de segunda mano», declara Alfredo Martínez. Mientras, para Dopico, «el mercado cambia continuamente, vivimos en una momento peculiar donde vemos como surgen oportunidades de negocio». Por último, Javier Menéndez no las considera una opción aunque reconoce que «puedo ser miope y no verlo».