El PSOE cree que Gallardón trata de ganar puntos para «sustituir» a Rajoy
Denuncian que la polémica del aborto es propaganda «a costa de las mujeres».
Óscar López, el secretario de Organización del PSOE, aseguró ayer que la dirección socialista está convencida de que Alberto Ruiz-Gallardón desata polémicas políticas con amplia repercusión mediática, como la de la reforma de la ley del aborto, con el propósito de ganar puntos entre las distintas familias del PP y con el objetivo de estar siempre bien colocado en el partido si llega el momento de sustituir a Mariano Rajoy.
El número tres socialista, durante la rueda de prensa en que resumió las deliberaciones de la reunión de la comisión permanente del partido, señaló que el ministro de Justicia, al desvelar en una entrevista que tiene la intención de excluir el supuesto de las malformaciones del feto de los que permiten interrumpir de manera legal el embarazo, «está haciendo política a costa de la libertad de las mujeres y de su capacidad de elección».
López no dudó en describir las declaraciones realizadas por el ministro en los últimos días, que han levantado una acalorada polémica entre políticos, profesionales, ciudadanos y usuarios de redes sociales, como «una campaña de promoción a lomos de las libertades de las mujeres». «Cada vez hay más gente que piensa que Gallardón está más en sustituir a Rajoy que en ser el ministro de Justicia», aseguró. La dirección socialista considera el ímpetu con el que el ministro defiende desde su llegada al cargo la necesidad de reformar la actual ley de plazos como un intento de congraciarse con los sectores más conservadores del PP. Quiere retornar a una ley de supuestos pero con menos excepciones incluso que la aprobada en 1985 por el PSOE, que, sin embargo fue mantenida intacta por los gobiernos de José María Aznar.
El ministro ya ha recibido las felicitaciones del Foro de la Familia, que muchas veces le colocó en el pasado en el punto de mira de sus críticas por su respaldo a los matrimonios homosexuales. Esta sensibilidad política, muy afín a la figura de la presidenta madrileña, Esperanza Aguirre, declarada enemiga política de Gallardón, nunca consideró al ministro como uno de los suyos, porque interpretó su gestión y su imagen al frente del Ayuntamiento de Madrid como excesivamente centrista, e incluso con algunos guiños al votante de izquierda.
Óscar López destacó que, de hecho, con su propuesta de reforma de la ley del aborto, Gallardón va a provocar «un retroceso histórico» en la sociedad, más allá de 1985, y va a colocar a España y a su política de derechos «a la cola de Europa», junto a las legislaciones más conservadoras en la materia, como las de Malta, Irlanda y Chipre.
La vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, prefirió no entrar en la polémica sobre la exclusión del supuesto de malformaciones del feto, pero sí defendió la necesidad de reformar la ley. Recordó que el Ejecutivo, al impulsar esta modificación normativa, que llegará al Congreso en otoño, no hace más que cumplir con lo que recogía el programa con que su partido ganó las elecciones. Rechazó dar detalles, pero confirmó que se terminará con que las adolescentes puedan abortar sin comunicárselo a sus padres.