Diario de León

ARDE EL AYUNTAMIENTO | EXPECTACIÓN EN LA CALLE

«Esto ha sido terrorífico»

Cientos de personas, entre ellos vecinos desalojados, se arremolinan durante horas en torno al consistorio.

Los bomberos se oxigenan, tras participar en la extinción.

Los bomberos se oxigenan, tras participar en la extinción.

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m. r. | león
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«Estábamos en casa y sentimos un fuerte olor a chamusquina. Me asomé a la ventana y vi que una masa de humo negro salía por las ventanas del Ayuntamiento. Bajamos a la calle por precaución y, menos mal, porque desde la acera vimos llamas de cinco metros», relataba todavía con nerviosismo una vecina de la calle Alfonso V, residente en uno de los edificios aledaños al consistorio. Una botella de agua agarrada con manos temblorosas es lo único que se llevó de la vivienda. Se pasó la tarde indignada. Y como ella, muchos otros. No hubo evacuación de edificios porque los inmuebles del entorno del consistorio se quedaron vacíos por cautela de sus inquilinos. Así ocurrió con el número 5 de la calle Alfonso V y las puertas A del número 7, que son las viviendas más cercanas al consistorio.

La mayor parte de ellos se quedaron en los alrededores, como los cientos, probablemente miles, de personas que fueron pasando frente al edificio en llamas extenuados, cariacontecidos. Como Zoe y Óscar, turistas de Bélgica y Dinamarca, que aguantaron «el espectacular incendio» con un alargado «¡wow!». El entorno del consistorio estuvo durante horas como un estadio a la salida de un concierto, repleto de personas inmóviles, aguantando un calor infernal. «Esto ha sido terrorífico. Entre el calor que hace y el fuego...», comentaba una de las vecinas damnificadas por el acordonamiento de la zona, que afectó a las calles Alfonso V y San Agustín. Del mismo portal salió a media tarde una familia que, cansados del olor a humo en su piso, cogieron la nevera portátil y se fueron de campo.

La gente se hinchó a hacer fotos con los móviles. Twiter ardía a media tarde con el tema. «Las llamaradas son impresionantes, madre mía», se escucha en uno de los corros que permanentemente tuvieron que ser desplazados por los agentes de un operativo policial sin precedentes. Y los bomberos de Valladolid, haciéndose fotos.

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