¿Qué hacer con la Audiencia?
El «cese» de ETA deja en entredicho el tribunal y, mientras unos apuestan por su desaparición, otros creen que lo mejor es especializarlo en crimen organizado.
Con ETA en situación terminal, el debate sobre la pervivencia de la Audiencia Nacional está servido. Nacido en 1977 para combatir judicialmente el terrorismo etarra lejos del País Vasco, la continuidad del tribunal central genera controversia en las altas instancias judiciales y los partidos nacionalistas. De momento, el Gobierno apuesta por mantenerlo. Pero con matices.
El Ministerio de Justicia trabaja en una reforma legal para otoño que pretende dotarlo de nuevas competencias. Se quiere dar protagonismo a los delitos económicos, el crimen organizado o los conflictos administrativos derivados de la crisis. Un ambicioso plan que choca de frente con los actuales recortes en la administración judicial.
Paradojas de las vida, la discusión sobre la pervivencia del tribunal más mediático del país tuvo su punto de partida en octubre del 2011, horas después de que ETA anunciara el «cese definitivo» de su actividad armada. Uno de los primeros en conocer la noticia fue Ángel Juanes. Sentado en su despacho de la planta noble de la Audiencia Nacional, el presidente recibió la buena nueva de forma sentida. Después de 35 años de lucha incasable contra la banda terrorista, de cientos de sumarios y sentencias condenatorias a más de 700 etarras, era inevitable preguntarse: «¿Y ahora qué?».
Futuro
El presidente abría así el melón sobre el futuro de un tribunal creado ex profeso para combatir a ETA. Que nació el mismo día en que el Consejo de Ministros de Adolfo Suárez suprimía el Tribunal del Orden Público (TOP) de la Dictadura. De ahí la pesada losa que ha llevado sobre sus espaldas desde que nació, dado su carácter «excepcional» por ser una continuación del TOP franquista, según repiten como una mantra sus detractores políticos.
Curiosamente, ha sido el propio Juanes el que ha propagado el debate ahora que ETA parece definitivamente derrotada. Desde hace diez meses, el magistrado ha aprovechado sus puntuales comparecencias públicas para «replantear» sin ambages qué hacer con el tribunal central. En un momento, además, en el que la carga de trabajo ha caído un 30% en los últimos años y los sumarios de ETA apenas suponen un 15% de los asuntos que tratan los juzgados centrales de instrucción.
El ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, es partidario de mantener la Audiencia Nacional. «Es una institución absolutamente necesaria, moderna, porque es la que mejor se acomoda a la respuesta adecuada que las nuevas formas de criminalidad organizada tiene en el siglo XXI», afirmó en una entrevista a La Razón .
Gallardón pretende aprovechar la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial para darle una nueva dimensión a la Audiencia Nacional. Una cambio normativo que se conocerá en otoño, y que forma parte de un paquete más amplio de modificaciones que afecta a la estructura del Consejo General del Poder Judicial para enfado de los jueces.
La buena sintonía entre Gallardón y Juanes ha permitido que el ministro ya conozca la ‘hoja de ruta’ que planea el presidente. Una proyecto que afectaría sobre todo a la Sala de lo Penal y a los seis Juzgados Centrales de Instrucción.