El Gobierno garantiza a los afectados de Spanair mejoras en seguridad aérea
Los heridos y familiares de los fallecidos en el accidente denuncian el trato del fiscal .
«Es un anuncio muy importante. Mucho más de lo que esperábamos tras cuatro años de calvario y sufrimiento». La voz entrecortada de Pilar Vera era de inmenso agradecimiento. La presidenta de la asociación de afectados del vuelo JK-5022, en el que murieron 154 personas y 18 resultaron heridos el 20 de agosto del 2008, sabía que tanta lucha judicial, tanto esfuerzo en soledad sin medios ni dinero, había tenido la primera recompensa.
Una hora antes de estas palabras, Vera, tía de una de las fallecidas en el avión de Spanair, había escuchado en boca de la ministra de Fomento, Ana Pastor, que el Gobierno prepara una nueva normativa de seguridad aérea. Pastor hizo este anunció en los actos del aniversario celebrados ayer en el aeropuerto de Barajas y los afectados recibieron la buena nueva como un soplo de esperanza; un guiño de que «terminará brillando la verdad» para evitar que se vuelva a producir una catástrofe similar. Pastor se ha había reunido con anterioridad con los afectados y siempre les había transmitido su respaldo. «Por mi parte, tenéis credibilidad cien por cien», les dijo Pastor en el primer encuentro. Y ayer les dio la respuesta. Su departamento trabaja en una nueva normativa de seguridad aérea que potenciará la prevención e incrementará los miembros de la Comisión de Investigación de Accidentes Aéreos (Ciaiac) para mejorar su capacidad de funcionamiento.
Anticiparse
«El Real Decreto permitirá pasar de un modelo reactivo tradicional a otro preventivo que busque anticiparse al fallo del sistema, detectándose sus debilidades y proponiendo las medidas que reduzcan al máximo cualquier riesgo», señaló la titular de Fomento.
La reforma supervisará la seguridad de personas y bienes, las operaciones y la prevención de los riesos laborales del personal aéreo. La otra novedad es que la Ciaiac, dependiente de Fomento, se modificará. Pasará de seis a nueve miembros y se hará más plural al contar con especialistas del campo científico y universitario. Una de las incógnitas sobre lo sucedido es el sistema de alarma que no avisó a los pilotos de que los alerones no estaban desplegados en el momento del despegue. Un fallo de diseño con el que aún conviven cientos de aviones del modelo MD-82 que siguen en circulación y que nadie, ni el fabricante Boeing, ni la Agencia de Seguridad Internacional, ha dado una solución, según el sindicato de pilotos Sepla y las víctimas.