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DECLARACIONES DE UN AGENTE MEDIOAMBIENTAL

«El incendiario sabía lo que hacía, valoró el viento, el calor, la hora e incluso el día»

Los trabajadores del operativo antiincedios piden la máxima pena para el autor del fuego de Castrocontrigo y dicen que «hay vecinos que arriesgan hasta la vida por salvar un árbol»

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ICAL

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 «El incendiario sabía lo que hacía, valoró el viento, el calor, la hora e incluso el día que era». Así lo asegura Roberto González, agente medioambiental de UGT en León, quien aunque no ha trabajado cerca de las llamas del incendio originado el domingo en Castrocontrigo y que ha calcinado 10.000 hectáreas, cree que el autor era consciente de que iniciaba un gran fuego, por lo que reclamó que si es detenido caiga sobre él todo el peso de la ley.

El origen del fuego se complicó a mediodía del domingo en los montes del término municipal leonés gracias a que el viento del sur «favoreció su propagación», ya que éste suele actuar en zig-zag, mientras que el de norte es unidireccional y es previsible. «Se ve claramente en las imágenes aéreas que hay varios focos que buscan la intención. El autor consideró hasta el día que prendió, el domingo, porque imaginó que ese día habría menos medios por ser fiesta. Pero nosotros en campaña no entendemos de festivos. Estamos los mismos que un día de diario», asegura en declaraciones a Ical.

González, que desde su torreta para la comarca de Valencia de Don Juan avista perfectamente la importante columna de humo de este fuego, lamenta cualquier incendio, pero reconoce que en una comarca «que vive del monte y que aprovechaban la madera, la micología, la resina…, es una desgracia». Por ese motivo, por defender lo suyo, sus propiedades y su medio de vida, entiende la posición de los vecinos, «a los que todo trabajo les parece poco». Al respecto, manifestó que «hay habitantes que arriesgan hasta la vida por salvar un árbol, porque es su sustento», y siempre «ponen todas las facilidades y ayudan».

En todo caso, aunque lamentó que la merma material y ecológica es grande, destacó que no haya pérdidas humanas, «que es lo principal según las características del incendio, tanto trabajadores como vecinos». «Es un incendio que ha saltado por solana, umbría, pendientes y llano, y es muy complicado sofocarlo», comenta el agente, quien añade que estos fuegos de llamas tan altas «desprenden muchas calorías y es difícil en el cuerpo a cuerpo».

Por ello, subrayó el trabajo que desarrollan los bulldozer desplegados en la zona. De hecho, se aventura a afirmar que se han salvado pueblos enteros «gracias a su labor». En el fuego de Castrocontrigo trabajan en la actualidad hasta 11. Para facilitar su tarea, junto al maquinista acude otra persona a pie de campo para indicarle los obstáculos y la orografía del terreno, dado que «normalmente no conocen el suelo».

Protocolo de actuación

Roberto González explicó a grandes rasgos cómo funciona el protocolo de actuación desde el momento en que se declara un incendio. La Junta tiene torretas distribuidas por toda la Comunidad para avistar el terreno e informar en cuanto se aprecia una columna de humo. También se puede advertir un fuego por la llamada de un particular o un helicóptero que sobrevuela la zona. El Centro Provincial de Mando (CPM) avisa al agente medioambiente que está más cerca del humo, quien realiza una primera valoración y pide los medios que cree necesarios, «siempre dentro de lo que hay disponible».

A medida que el incendio toma dimensiones más grandes, dentro de la baremación de 0 a 4 según Infocal, la jerarquía para los trabajos la asume un técnico y se movilizan más medios. Esta declaración depende, en lo concreto, de si desalojan poblaciones, se cortan vías de comunicación, la virulencia de las llamas, si la zona es protegida, etc…El jefe de extinción se encuentra durante el operativo en el helicóptero Hotel de la Junta, desde donde coordina todos los medios aéreos y terrestres. Este aspecto cobra mayor relevancia en un incendio como el de Castrocontrigo, en el que están desplegados 26 medios aéreos de extinción y tres aeronaves de coordinación. «Asume mucha responsabilidad y la seguridad de muchas personas», explica González.

Nada igual

«En los que años que yo he vivido como brigadista no he visto cosa igual, y más en un sitio que es accesible y llano». Así analiza el fuego más importante de la última década en la Comunidad el delegado de CCOO en la Brigada Antiincendios de León, Juan Alonso, quien recuerda que en esta zona se han registrado incendios «de características similares, pero con menos superficie, entre 500 y 1.000 hectáreas».

Además de condenar al autor de este trágico suceso en el sur de León, Alonso achaca también la fácil propagación a los cortafuegos, «que son pequeños». «Estos pinares rondan las 30.000 hectáreas, con cortafuegos de 15 metros, y no es suficiente, porque un ‘pino pinaster’ debería tener al menos 50 metros, ya que se pasa de copa en copa y es descontrolado», sostuvo, para destacar la «buena» coordinación de los medios, a pesar de que son numerosos y trabajan cientos de efectivos.

Otro «error añadido», según informó, es consecuencia de los recortes. Comenta que existía un camión en la comarca de Truchas contra incendios, que se adquirió por valor de 180.000 euros, «pero está vacía de personal». «Podría haber evitado el fuego a la primera, porque de allí al punto donde se originó tarda cinco minutos. Por no pagar a cuatro personas, distribuidas en dos turnos…», lamentó.

También apostó por desarrollar más labores de prevención durante el resto del año para facilitar la accesibilidad a las zonas interiores de los montes y reducir el material combustible. Alonso señaló que la administración, «ahora en prevención destina poco». «Con todo el dinero que se ha destinado para la extinción, con todos los medios aéreos y efectivos, hubiéramos tenido para varios años de prevención», comentó. Precisamente, esa es una labor que siempre ha hecho la ganadería, «pero cada vez hay menos».

Trabajo y estrés

Este brigadista subraya el trabajo de sus compañeros, en una labor «muy cansado, en la que se respira mucho humo». «Te encuentran entre fuego, tensión, estrés, y cada diez o doce horas se procura que la gente descanse y haya relevos, pero aún así la gente se ofrece para estar el tiempo que haga falta, y si el tema está mal no dudan en trabajar más, pero hay que descansar. No es lo mismo trabajar de pico y pala, que con el fuego y el calor», explicó.

Añade que la gente de esta zona conoce «palmo a palmo» el monte y «sabe atajar y trabajarlo». Como ejemplo, recuerda que hace 20 años trabajó en un fuego en Castrocontrigo y «cuando se acabó el incendio, la Junta Vecinal pasaba lista y el que no hubiera estado pagaba una multa». «Ayudan muchísimo porque conocen la zona y han apagado ellos mismos más de uno. De aquellas vivían más del monte. Esta vez se han quejado de que no les han dejado trabajar en la extinción», manifestó.

Además, Alonso lamenta que mucha gente en la comarca vive de la resina y las setas, y «ahora toda esa gente se tendrá que ir porque su medio de vida ha quedado nulo». Por ello, pidió el máximo castigo para el autor de este «acto terrorista, que no solo ha arrasado con el monte, sino que pone en peligro las vidas de la gente de la extinción, los vecinos y las viviendas, y ha acabado con el modo de vida de esos pueblos».