VUELCO AL CASO RUTH Y JOSÉ | los forenses
De Lasa y Zabala y Atapuerca a José y Ruth
La madre nunca creyó la versión policial y encargó de su bolsillo un informe a un prestigioso forense. La policía, a otro de renombre.
Ruth Ortiz nunca creyó que los restos hallados en la hoguera de Las Quemadillas fueran solo de animales. Por eso solicitó permiso al juez y pagó de su propio bolsillo un nuevo informe forense. Para llevarlo a cabo eligió a Francisco Etxeberria (Beasain, 1957), subdirector del Instituto Vasco de Criminología.
Acostumbrado a trabajar con la Audiencia Nacional, este profesor titular de Medicina Legal en la Universidad del País Vasco atesora una dilatada carrera. Fue el encargado de identificar los restos de los etarras José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala, asesinados y enterrados en Alicante en cal viva en 1983 por miembros de la Guardia Civil. Su prestigio llevó a que fuera el elegido para analizar los restos del expresidente chileno Salvador Allende en el 2011. Etxeberria llegó a la conclusión, tras el estudio de los restos, que el líder socialista se había suicidado en 1973 durante el asalto de los militares golpistas al Palacio de la Moneda. También fue el responsable de investigar las causas de la muerte del cantante chileno Víctor Jara, cuyos restos fueron exhumados y analizados en el 2009.
Su labor en la identificación de asesinados durante la Guerra Civil le ha valido el apodo del forense de la memoria . Durante los últimos años ha participado en numerosas exhumaciones de fosas comunes, tanto del bando republicano como del franquista. En este campo, asesoró al ex magistrado de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón en la causa que instruyó sobre la memoria histórica. Para llevar a cabo estas tareas Etxeberria dirige un equipo multidisciplinar de reconocido prestigio en el que además de médicos forenses se encuentran arqueólogos o psicólogos, entre otros especialistas.
Tras conocer el resultado del segundo informe, el de Etxeberria, dirige un equipo multidisciplinar de reconocido prestigio en el que además de médicos forenses se encuentran arqueólogos o psicólogos, entre otros especialistas.
Tras conocer el resultado del segundo informe, el de Etxeberria, la Policía encomendó un tercer dictamen a un profesional de reconocido prestigio mundial. Este investigador, al que así definió ayer el titular del Interior, Jorge Fernández Díaz, es José María Bermúdez de Castro (Madrid, 1952), uno de los mayores expertos españoles en la evolución humana.
Con una rapidez inusitada, como subrayó el ministro, este investigador no solo certificó que los restos hallados se corresponden con los de un ser humano, sino que llegó a fijar que pertenecen a un menor de 6,22 años con un margen de error de 43 días. La carrera de Bermúdez de Castro, doctor en Ciencias Biológicas y especialista en Paleoantropología, está ligada al yacimiento prehistórico de Atapuerca, uno de los más antiguos e importantes de Europa. Como codirector del yacimiento burgalés ha participado en la identificación del algunos de los individuos que poblaron la zona hace más de 1,3 millones de años
Su especialidad es el estudio de las piezas dentales, un conocimiento que le ha permitido ahora corroborar la presencia de los restos humanos recogidos entre las cenizas de la hoguera de la finca cordobesa de Las Quemadillas.
Entre numerosas distinciones, su labor al frente de Atapuerca le valió ser distinguido junto al resto de directores con el premio Príncipe de Asturias de Investigación en 1997. En su haber cuenta con más de 250 artículos de investigación publicados a nivel internacional. Además también ejerce como profesor investigador del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y director de Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana.