Diario de León

Feijóo atiende la petición de Rajoy y adelanta a octubre los comicios gallegos

El PP intentará evitar que las elecciones sean un plebiscito sobre los ajustes de Rajoy .

Alberto Núñez Feijóo (de frente), conversa con el consejero de Presidencia, durante el Consejo.

Alberto Núñez Feijóo (de frente), conversa con el consejero de Presidencia, durante el Consejo.

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antonio montilla | madrid
León

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Le ha costado mucho decidirse, pero Alberto Núñez Feijóo finalmente adelantará las elecciones gallegas, previstas para marzo del 2013, al próximo 21 de octubre para que coincidan con los comicios vascos. El presidente de la Junta de Galicia, tras mantener una reunión extraordinaria con su gabinete, comunicó ayer esta decisión, el último día del plazo legal para que las elecciones pudieran celebrarse a la vez que las del País Vasco.

De esta manera, Feijóo atiende la petición que le hizo Mariano Rajoy para evitar, una vez que Patxi López anunció el 21 de agosto la disolución del Parlamento vasco, someter a España a la tensión de dos procesos electorales en menos de cinco meses. Rajoy, fiel a su estilo, no presionó al dirigente gallego, pero le expuso los inconvenientes de someter al país a una doble tensión electoral en un momento crucial, en el que se debate si España solicitará o no a la Unión Europa un rescate. Un argumento que Feijóo comparte plenamente y que, según desveló durante su comparecencia para anunciar la convocatoria electoral, ha sido determinante para adoptar esta drástica decisión. A diferencia del PSOE en el País Vasco, el PP goza de mayoría absoluta en el Parlamento gallego, lo que le hubiera permitido sacar adelante sin ningún problema los últimos presupuestos generales de la comunidad de esta legislatura. Fejióo, en sintonía con su partido, defiende que no es bueno ni para Galicia ni para España someter al conjunto del país a «ese periodo de inestabilidad electoral y de permanente competencia partidista».

El presidente gallego, uno de los barones territoriales con más poder en el partido, también ponderó el efecto que puede provocar en el electorado gallego los ajustes aprobados por el Gobierno de Rajoy que, según las encuestas, le han hecho perder al PP ocho puntos en intención de voto desde las elecciones generales de noviembre. Agotar la legislatura podría apaciguar el malestar generado por decisiones como el aumento del IVA y del IRPF, los tijeretazos en educación y sanidad o la supresión de la paga extraordinaria de Navidad de los empleados públicos. Sin embargo, la posibilidad de que Rajoy pida nuevos sacrificios a los españoles y, sobre todo, la seguridad de que las reformas estructurales no darán sus frutos durante el 2013 han decantado la balanza en favor del adelanto electoral.

Cambio de rol

Los comicios gallegos y vascos serán una reválida para todo el PP, aunque la dirección nacional quiere evitar a toda costa que se transformen en un plebiscito sobre Rajoy y su política económica. Una estrategia radicalmente opuesta a la que pusieron en práctica en la campaña electorales de las autonómicas de mayo del 2011, cuando pidieron responsabilizar a los barones del PSOE de las medidas económicas de José Luis Rodríguez Zapatero. La jugada, desde el punto de vista electoral, salió redonda para el PP que ganó en feudos socialistas como Castilla-La Mancha o Extremadura. Ahora pretenden justo lo contrario, desviar el foco de las políticas del Gobierno y centrarlas en debates autonómicos.

María Dolores de Cospedal alentó a vascos y gallegos a centrarse en que Antonio Basagoiti «es la única garantía de autonomismo frente al independentismo» y que Feijóo es una apuesta por la «estabilidad y la responsabilidad».

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