Diario de León

VUELCO AL CASO RUTH Y JOSÉ | LOS NUEVOS DATOS

Bretón fabricó un horno crematorio para deshacerse de los cadáveres de sus hijos

Los informes de dos prestigiosos forenses independientes apuntan a que el ex militar quemó a los niños. . Las altas temperaturas a las que fueron expuestos los cuerpos hacen casi imposible identificar el ADN. Encontraron 200 huesos de «seres humanos inmaduros» en la hoguera que hizo en la finca de sus padres.

Entrada de la finca ‘Las Quemadillas’, donde Bretón se deshizo de sus hijos, llena de pintadas.

Entrada de la finca ‘Las Quemadillas’, donde Bretón se deshizo de sus hijos, llena de pintadas.

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Ander Azpiroz | madrid
León

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José Bretón asesinó supuestamente a sus dos hijos, Ruth, de seis años, y José, de dos, y después se deshizo de sus cuerpos en un horno crematorio de fabricación casera. Así se deduce de los dos informes independientes hechos públicos ayer, según los cuales los restos hallados el 10 de octubre del 2011 en una hoguera de la finca cordobesa de la familia de Bretón de Las Quemadillas son de seres humanos. Ambos informes contradicen el estudio de la Policía Científica, que un mes después de la desaparición de los menores certificó que la prueba recogida correspondía a «pequeños animales, no existiendo huesos procedentes de restos humanos». La policía creyó que eran roedores y Bretón dijo que había quemado ratoncillos que utilizaba su ex mujer, que es veterinaria.

El primero de los dos estudios que contradicen el policial fue elaborado, a petición de la madre de los niños desaparecidos, por el médico forense Francisco Etxeberria, subdirector del Instituto Vasco de Criminología, un reputado experto que tiene en su carrera, entre otros hitos, la identificación de los cuerpos de los etarras José Antonio Lasa y José Ignacio Zabala, el análisis forense del presidente chileno Salvador Allende o las exhumaciones de víctimas de la Guerra Civil. Según puso de manifiesto Etxeberria, se hallaron más de 200 huesos pertenecientes a «seres humanos inmaduros», entre ellos algunos dientes y restos óseos del tamaño de una uña.

«Es evidente que allí había restos de niño. No tengo dudas de ello. El análisis es muy claro», señaló Etxeberria. A pesar de no querer entrar a valorar el informe de la Policía Científica, el experto forense es tajante en su dictamen: «Se tarda un minuto en evidenciar que lo que se encontró eran restos óseos humanos».

A simple vista se podía comprobar que no se trataba de restos de animales por la «forma anatómica», aunque el forense los analizó con una lupa binocular.

A 800 grados

Los niños fueron quemados a 800 grados durante al menos tres horas. A esa temperatura es imposible extraer ADN. Quien lo hizo lo sabía bien. No es posible el análisis genético, pues los restos están completamente incinerados, y sólo cabe el morfológico. No se podrá extraer ADN, ni aclarar la causa de la muerte ni tampoco el sexo. O saber si los niños habían muerto antes de ser arrojados a la hoguera.

A raíz de la valoración de Etxeberria, comunicada al juez José Luis Rodríguez Lainz el 17 de agosto, la Policía encargó —con el beneplácito del magistrado— un segundo dictamen independiente a José María Bermúdez de Castro, codirector del yacimiento de Atapuerca. Este nuevo estudio corroboró la presencia de restos humanos y añadió que se corresponden con los de un menor de 6,22 años con un margen de error de más o menos 43 días. La edad de Ruth Bretón.

Los tres análisis se han llevado a cabo mediante la observación de las mismas muestras, lo que, de certificarse el hallazgo, arrojaría más oprobio sobre la labor policial. Su aparente error habría alargado la investigación casi un año (11 meses) cuando las pruebas inculpatorias fueron recogidas apenas dos días después de la desaparición de los niños.

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, no quiso entrar a valorar el posible fallo y a modo de cautela pidió esperar a las nuevas diligencias ordenadas por el magistrado encargado del caso. Fernández Díaz sí reconoció que, una vez que se descartó en noviembre del 2011 que los huesos de la hoguera fueran humanos, la Policía se centró en otras líneas de investigación que motivaron hasta siete registros en Las Quemadillas , a los que hay que añadir otros cinco en zonas cercanas, todos ellos infructuosos.

«No se trata de acusar a nadie, sino de aclarar la verdad de los hechos, no de depurar responsabilidades. En todo caso, cuando un científico hace un informe, lo hace con su buena voluntad», apuntó el titular de Interior. Pero algo debía barruntarse Fernández Díaz, y no favorable para la Policía, cuando dijo que «hasta el mejor escribano comete un borrón».

La hipótesis que maneja ahora Interior es que Bretón habría matado a sus hijos en la finca para después incinerar sus cuerpos a una temperatura que habría alcanzado los 800 grados. A continuación habría simulado la desaparición de los dos menores en el parque cordobés de Cruz Conde, una versión a la que los responsables del caso nunca dieron credibilidad.

Dada la temperatura a la que se habrían quemado los cadáveres los especialistas apuntan a que será extremadamente complicado poder realizar una identificación mediante el ADN, ya que este se destruye al ser sometido a un calor extremo. A tenor del giro en la investigación el juez ha vuelto a decretar el secreto de sumario.

A pesar de la publicación de estos nuevos informes, José Bretón se enrocó en su inocencia desde la prisión cordobesa de Alcolea. Su abogado comunicó que el padre de los niños desaparecidos, quien hoy martes será trasladado a la finca para ser interrogado acerca de la hoguera, afirmó que «es totalmente falso e imposible» que los restos óseos encontrados puedan pertenecer a sus hijos. La familia materna, en cambio, dio por hecho que los huesos pertenecen a los dos niños, y la madre de los menores, Ruth Ortiz, anunció que no acudirá hoy al interrogatorio que se realizará a su exmarido

Un portavoz de Ortiz exigió que se haga justicia ante un acto que «no tiene nombre» y pidió que el padre de los menores sea condenado a cadena perpetua.

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