acercados en el pasado por dar muestras de disidencia
Interior aleja de Zuera y Villabona a presos históricos
Estas 'cárceles laboratorio' eran el paso previo a la 'vía Nanclares' y sólo se alejaba a quienes no daban pasos en su ruptura con la banda.
El Ministerio del Interior ha alejado este verano a varios presos históricos de ETA que se encontraban en las prisiones de Zuera (Zaragoza) y Villabona (Asturias), concebidas durante los últimos años como el banco de pruebas de la política penitenciaria del Gobierno, centrada en dividir el Colectivo de Presos de ETA fomentando disidencias internas.
Allí se agrupaba a etarras que comenzaban a desvincularse de la banda terrorista y si progresaban eran trasladados al País Vasco en el marco de la 'Vía Nanclares'. Sólo si no mostraban avances eran alejados de nuevo.
Según han informado a Europa Press fuentes penitenciarias, en los dos últimos meses han sido alejados el que fuera líder del 'comando Barcelona' Felipe San Epifanio San Pedro, alias 'Pipe'; Josu Arkautz Arana, alias 'Josu de Mondragón'; y Fernando Díez Torre.
Estos traslados se producen en un momento en el que las deserciones en las cárceles se han frenado en seco. Así lo admitió el propio ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, quien llegó a decir que esta estrategia había quedado "en suspenso" por las expectativas que había generado entre los presos el comunicado del cese definitivo de la violencia de ETA.
Tampoco el plan de reinserción de presos terroristas anunciado este año por su Departamento ha mejorado la situación. Incluso el secretario General de Instituciones Penitenciarias, Angel Yuste, admitió el pasado mes de agosto en una entrevista al 'El País' que ningún presos etarra se había sumado a este plan que ha contado con el rechazo frontal de las víctimas del terrorismo.
La política de premios y castigos en las cárceles fue puesta en marcha por el Gobierno socialista tras el fracaso de la negociación con ETA a partir de 2007, concretamente por el ex ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Pero de los cerca de 700 presos con los que cuenta ETA en las cárceles de España y Francia, apenas una veintena se acogió a esta iniciativa recibiendo la marginación por parte del entorno proetarra.
Recorrido para los críticos
Muchos de los presos a los que se les advertía un desapego por las iniciativas de ETA en prisión, no participaban en las protestas o directamente rechazaban verse con los abogados de la banda en la cárcel fueron trasladados a cárceles del norte. Generalmente el recorrido les llevaba primero a prisiones gallegas y en caso de continuar con su evolución positiva se les trasladaba a Zuera y Villabona. El último paso era su traslado a la cárcel alavesa de la Nanclares de la Oca (hoy en Zaballa) a cambio de manifestar por escrito su ruptura con ETA.
Procedentes de A Lama (Pontevedra), 'Pipe' y 'Josu de Mondragón' fueron acercados a finales de 2009 a Zuera en ese recorrido tipo en el que Prisiones incluía a los críticos con la banda. Pero ahora, tres años después, seguirán cumpliendo condena en las cárceles de Herrera de la Mancha (Ciudad Real) y Murcia II, respectivamente. Por su parte Fernando Díez Torre, en Villabona desde finales de 2011, ha sido trasladado al centro penitenciario de Topas (Salamanca), según las mismas fuentes consultadas. Díez Torre también procedía de A Lama a donde fue llevado desde Puerto III (Cádiz).
Felipe San Epifanio fue diputado en el Parlamento Vasco en representación de Herri Batasuna entre 1987 y 1990. Huyó a Francia en 1991 y formó parte del 'comando Barcelona' de la banda terrorista hasta que fue detenido el 28 de abril de 1994 en la ciudad condal. 'Pipe' tiene ante si una larga condena por cumplir. Entro otras acciones, participó en el asesinato del coronel Leopoldo García en Barcelona y fue condenado a 44 años por extorsionar a empresarios, y a 18 años por el atentado contra policías.
Atentó contra una embarazada
También fue condenado a 149 años y 3 meses de cárcel por haber colocado varios artefactos explosivos en dos restaurantes del Puerto Olímpico de Barcelona, donde cinco personas resultaron heridas, una de las cuales perdió el hijo que esperaba.
'Josu de Mondragón' era el hombre de confianza de los responsables del aparato militar, 'Pakito' y José Javier Zabaleta Elosegi, y también máximo responsable de la coordinación de los 'comandos' de la banda terrorista. La trayectoria penitenciaria de este preso, detenido el 18 de marzo de 1991 en Bayona (Francia), está marcada por la multitud de traslados de los que ha sido objeto --un total 27, muchos de ellos por la obligación de afrontar juicios en la Audiencia Nacional-- y las numerosas cárceles en las que ha cumplido condena --12 prisiones entre Francia y España--.
La última condena que le fue impuesta por la Audiencia Nacional, el 18 de diciembre de 2003, fue de 45 años de cárcel por la comisión de tres delitos frustrados de lesiones terroristas relacionados con el envío, en abril de 1989, de tres paquetes-bomba que pudieron ser desactivados y habían sido destinados al ex delegado del Gobierno en el País Vasco y ex gobernador civil de Guipúzcoa Julen Elgorriaga; al ex ministro de Interior y de Transporte y Comunicaciones José Barrionuevo, y al funcionario de prisiones Antonio Sánchez Sobrino.
Además, la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional le condenó el 30 de abril de 2002 a 19 años de prisión como autor del envío, en abril de 1989, de una carta-bomba a un policía nacional de Irún (Guipúzcoa) que, por error, recogió un vecino, a quien la explosión del artefacto mutiló y dejó incapacitado. Fue condenado también el 14 de noviembre de 2001 a 18 años de prisión por enviar una carga bomba en abril de 1989 al entonces ministro de Justicia, Enrique Múgica, que fue desactivada por las Fuerzas de Seguridad.
Sobre Fernando Díaz Torre pesa una condena de 305 años y nueve meses de cárcel. En junio del año pasado finalizaba su condena, pero la aplicación de la Doctrina Parot le mantendría en prisión hasta 2022. Este terrorista, detenido en marzo de 1992, fue condenado por un total de siete asesinatos cometidos a principios de los noventa, principalmente en Barcelona.