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Rajoy busca el aval de Merkel para que Bruselas conceda un rescate «blando»

Lo principal para Moncloa es enviar un mensaje sobre la irreversibilidad del euro.

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antonio montilla | madrid
León

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Desde que Mariano Rajoy abriera la puerta en agosto, con la primera de riesgo por encima de los 600 puntos básicos, a la posibilidad de solicitar a la Unión Europea el rescate de la economía española, el Gobierno ha centrado sus esfuerzos en lograr que este auxilio económico no lleve consigo condicionalidad alguna por parte de Bruselas que obligue a nuevos ajustes. El éxito español depende, en gran medida, de la opinión de Alemania.

Por eso Mariano Rajoy buscará en el encuentro que hoy mantendrá en Madrid con Angela Merkel, casi a la misma hora en la que Mario Dragui desvelará si el Banco Central Europeo compra de manera ilimitada deuda soberana de España e Italia para frenar la presión de los mercados, el aval de la canciller para un rescate «blando».

Rajoy quiere evitar a toda costa que se compare la ayuda que prestará Bruselas con las que recibieron en su día Grecia, Irlanda o Portugal «España no es Grecia», es el mensaje que más repiten estos días en la Oficina Económica de Moncloa. El Gobierno, tal y como explicó el presidente, está a la espera de conocer qué tipo de ayuda ofrece Bruselas y, sobre todo, a cambio de qué. El presidente de Francia, François Hollande, apostilló en una reciente visita a Madrid que sólo España puede decidir cuándo y cómo reclamar esa ayuda.

Relaciones

Pese a la afinidad y buena sintonía que reina entre Rajoy y Merkel desde el 2005, los últimos movimientos estratégicos de Rajoy en Bruselas, con asociaciones puntuales con las tesis de Mario Monti y François Hollande en materia de unión financiera, parecían que iban a enfriar esta relación.

El Gobierno lo niega e insiste en que los contactos entre sus equipos son semanales. Fruto de este trabajo común nace este encuentro en el que Rajoy confía en que Merkel ofrezca desde Madrid un inequívoco mensaje sobre la irreversibilidad del euro. Lo ideal, apuntan desde Moncloa, es que la canciller promueva medidas que reviertan los actuales desequilibrios de financiación que lastran la economía española. El problema es que esos desajustes benefician, al menos de momento, los intereses alemanes y de algunos países satélites. Hay temor al resultado de este cónclave hispano-alemán, porque un titubeo o un paso en falso podría desencadenar una escalada de incertidumbre que desencadenar nuevas pérdidas en la Bolsa española y que la prima de riesgo volviera a repuntar.