El fiasco de la iniciativa de Interior

La inminente ofensiva penitenciaria del entorno de ETA no va a hacer variar la otra gran apuesta carcelaria de Interior, más allá de los alejamientos, el Plan Integral de Reinserción, el programa puesto en marcha en mayo por Fernández Díaz para intentar reavivar la disidencia y que supone rebajar de cuatro a una las exigencias para el acercamiento.

Para entrar en este programa solo hay una condición, que el terrorista firme un documento en el que rompa «públicamente» con la banda y que renuncie de manera «fehaciente» a la violencia. Nada de pedir perdón ni colaborar con la justicia ni una declaración expresa en la que acepte hacer frente a las indemnizaciones aparejadas a sus condenas.

En Interior no ocultan que esta iniciativa es, hasta el momento, un auténtico fiasco ya que ni un solo preso se ha acogido al plan de reinserción. Sin embargo, en el Gobierno no quieren cambiar ni una coma de este proyecto, ya que representa la imagen de «absoluta firmeza» del Ejecutivo frente a las exigencias de la izquierda abertzale y sus previsibles campañas de propaganda

«El EPPK seguirá dando pasos en una dinámica de lucha permanente hasta que se cumplan las demandas mínimas y todos seamos excarcelados», avisaron el jueves los presos de ETA en el comunicado en el que se jactaban del éxito de la campaña de Bolinaga. «Solo los arrepentidos podrán reinsertarse y en ningún caso habrá beneficios colectivos. No cederemos ni un milímetro», respondió el Gobierno. El pulso sólo acaba de comenzar.