La crisis resta siete mil matriculaciones
Al inicio de la crisis en 2007 se matricularon 12.395 vehículos, el pasado año 4.952, un 60% menos. . La falta de financiación, la reducción del poder adquisitivo y el desempleo son los principales lastres. . En la capital 1.576 empleos dependen del sector, en el conjunto de la provincia suman 3.553 trabajadores.
Hablar de la crisis a menudo supone hablar de cifras macroeconómicas tales como la prima de riesgo, la pérdida de soberanía nacional, la intervención o rescate, los intereses interbancarios o las dificultades crediticias. Sin embargo, para reflejar esta realidad basta con observar de cerca un sector pujante de la economía, como por ejemplo, la industria del automóvil.
El sector es prueba fehaciente de la mala salud que atraviesa la economía. Desde el inicio de la crisis en 2007 hasta agosto de este año las matriculaciones de turismos y todoterrenos nuevos en la provincia leonesa se han desplomado un 60%, lo que supone una pérdida de más de 7.000 vehículos.
Los datos se traducen en el envejecimiento del parque automovilístico de la provincia, el coche ya no representa una compra compulsiva o caprichosa, ni las revisiones se realizan de manera tan estricta y puntual como en años de bonanza, lo que a su vez, puede afectar a la seguridad vial. De la crisis que en 2008 se vislumbraba con incertidumbre y preocupación hoy ya se observan las consecuencias del declive económico.
Las cifras del sector eluden el anhelo de recuperación: la falta de ayudas para incentivar la compra como los antiguos Plan Prever o Plan 2000E, la subida de impuestos como el IVA o el continuo incremento del precio de los carburantes gravan a un sector del que en la provincia dependen 3.553 empleos, más de 1.500 en la capital y su alfoz.
Los esfuerzos comerciales que realizan marcas y concesionarios son los más altos de la historia, pero la falta de confianza del consumidor en el futuro, la tasa de desempleo, la falta de financiación y la reducción de la capacidad adquisitiva de las familias continúan siendo los principales lastres para el mercado del automóvil.
La automoción es otra de las piezas que han caído en este largo proceso que comenzó con el estallido de la burbuja inmobiliaria sobre el sector financiero. Cabe señalar que después de la vivienda, el coche es la segunda mayor inversión que realizan las familias y, en épocas de dificultad económica, es también uno de los gastos de los que primero prescinden los hogares.
«El automóvil fue uno de los primeros sectores que entró en crisis, con una caída récord en diciembre de 2007, sin embargo, en enero de 2008 vino un desplome inimaginable. De vender 150 unidades en diciembre pasamos a vender 70 en enero, por lo que realizar previsiones sobre la industria automovilística resulta más que complicado e inexacto» asegura el Jefe de Ventas de Citroën en León, Javier Callado.
Actualmente la venta de vehículos nuevos está en torno a las 350 unidades mensuales, lo que muestra descenso del volumen de ventas del 65%, ya que a principios del año 2007 se matriculaban alrededor de 1000 unidades mensuales.
La división del automóvil tendrá una vez más que reinventarse a si misma, la provincia no dispone de fábricas, sólo de concesionarios y talleres oficiales de venta y reparación, que «ni venden ni reparan».