Sin pestañear por si salta una chispa
Un equipo de la Consejería de Medio Ambiente vigila 24 horas y 365 días al año los montes de la Comunidad. El Centro Autonómico de Mando coordina y distribuye todos los medios humanos y materiales disponibles.
En Castilla y León 182 puestos de vigilancia velan por la seguridad de los montes de la Comunidad ante el acecho de los incendios. En León, 18 de ellos garantizan la cobertura visual de gran parte de su territorio y se encargan de alertar al centro provincial ante cualquier emergencia. A su vez, el Centro Autonómico de Mando (CAM) de Valladolid coordina los nueve centros provinciales y gestiona todos los medios humanos y materiales disponibles en la Comunidad. El CAM se encuentra operativo 24 horas al día, los 365 días del año. En esta campaña de verano —que se alarga hasta el 30 de septiembre— la sequía y las altas temperaturas mantienen en jaque a la Comunidad.
Desde las 7.30 hasta las 23.30 horas, cinco técnicos de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente permanecen atentos a la información que arrojan las pantallas del CAM. Y por la noche tampoco bajan la guardia, ya que comparten almohada con un móvil que ejerce de centinela ante cualquier alerta de fuego en la Comunidad. Los centros provinciales tienen la obligación de avisar a cualquier hora a la central autonómica ante un incendio de nivel 1 —aquel que puede afectar en un futuro a personas o bienes— ya que el CAM es el único órgano con potestad de solicitar medios a otras comunidades o al Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente.
A pesar de que cada centro provincial tiene autonomía para «mover» su propio operativo y para dirigir la extinción de cualquier incendio que se produzca dentro de su área de influencia, siempre deben dar aviso al CAM. Y es que, además de coordinar los efectivos estatales o de otras comunidades, pueden enviar medios de otras provincias de Castilla y León al lugar del incendio. De hecho, los helicópteros asturianos de Ibias y Tineo, así como los dos aviones de Zamora —los cuatro de titularidad estatal— acuden «en muchas ocasiones» a sofocar fuegos en la provincia leonesa.
Modo de actuar
El equipo del CAM se pone en marcha en cuanto alguna de las decenas de torres dispersas por la Comunidad activa la alerta de incendio forestal. Cuando se divisa humo en la zona, el vigilante envía las coordenadas al centro provincial y éste las ‘rebota’ al CAM. «Tenemos información en tiempo real sobre cualquier incendio que se origine en la Comunidad», asegura la jefa de la sección de Incendios Forestales, Teresa Mompín.
El engranaje del CAM comienza a girar. Un operador controla toda la información que llega a través de los paneles informativos y de la línea telefónica y lo registra en el libro de órdenes. Mientras, otros dos técnicos se encargan del sistema de posicionamiento del operativo —gracias a un GPS pueden conocer al segundo y con exactitud la localización de las cuadrillas y los camiones—, además, revisan que cada centro provincial envíe al CAM toda la información acerca de los incendios para elaborar futuras estadísticas.
La Consejería de Fomento y Medio Ambiente aporta dos técnicos al operativo autonómico: el jefe de jornada y el técnico de operaciones. El jefe de jornada es el responsable de todos los operativos que se manejan en la Comunidad, y entre sus tareas está la de «decidir a qué provincia entrega o quita medios materiales y humanos», explica Mompín, quien asegura que se trata de una de «las decisiones más delicadas». El técnico de operaciones ejerce de mano derecha del jefe de operaciones y también elabora el parte de prensa autonómico con el que se informa a la sociedad del estado de cada incendio forestal.
Según avanza el nivel de emergencia se suman más responsables al operativo. «Si se alcanza un nivel 1 también acudirá el jefe de servicio de Defensa del Medio Natural y en el caso de alcanzar un nivel 2 el responsable será el delegado territorial de la Junta de Castilla y León», puntualiza Teresa Mompín.