La Generalitat cree que el rey se «equivocó» con su carta crítica

Aunque en un principio, la Generalitat no se dio por aludida por el contenido de la carta del rey, 24 horas después el Gobierno catalán cambió su discurso y criticó la misiva real. El consejero de Interior, Felip Puig, afirmó que el jefe del Estado «se equivocó» y perdió una buena ocasión de «mostrarse como árbitro neutral» en un «conflicto expresado democráticamente» y en el que se debate sobre el encaje de Cataluña dentro España.

Puig dijo en Radio Nacional de España que la soberanía de Cataluña «no es ninguna quimera», y atribuyó ese comentario a que el jefe del Estado ha estado «mal aconsejado» a la hora de expresarse sobre las aspiraciones catalanas.

También Artur Mas hizo una alusión velada al mensaje del rey, pero sin citarle y manteniendo la buena relación institucional. «Las reacciones que se están produciendo intentan meter miedo, amenazarnos y reñirnos, pero nuestra actitud es positiva y de construcción», expresó el presidente catalán.

La respuesta poco habitual de la Casa Real causó cierta perplejidad en el Palau de Sant Jaume por la excepcionalidad de la misma. El rey, según fuentes nacionalistas catalanas, no fue tan cáustico con el plan Ibarretxe.

El consejero de Interior catalán advirtió ayer que serán habituales las «salidas de tono y amenazas» en contra de una eventual soberanía de Cataluña porque a su entender existe una gran inquietud en la sociedad española por lo que puede suceder en Cataluña.

Desde CiU, respetaron la libertad del rey a expresar «lo que quiera», si bien pusieron en duda si sus palabras serán «útiles» para resolver el problema político después de la masiva manifestación independentista de la Diada. Esquerra Republicana instó a don Juan Carlos a «amoldarse a la realidad de sus pueblos». «Y si no le gusta uno de ellos (el catalán), puede renunciar a él», dijo su portavoz en el Congreso Alfred Bosch.

El monarca, que hizo un llamamiento para recuperar el espíritu y los valores de la Transición, apeló además a la unidad de los españoles ante la difícil coyuntura económica, política y social. En parte, emplazó a los agentes sociales, a los que reclamó responsabilidad para salir del actual atolladero de la crisis.

UGT y CC.OO. replicaron al mensaje real con el recordatorio de que el «rey reina, pero no gobierna».